No fume, no beba en exceso, coma mucha fruta y verdura, haga gym. Dicen que así vivirá 14 años más.
Cuatro hábitos sanos -no fumar, una vida no sedentaria, un consumo moderado de alcohol y una dieta con al menos cinco raciones de fruta y verdura al día- pueden alargar la vida 14 años.
No seguir uno de estos buenos hábitos aumenta el riesgo de mortalidad un 39%; no seguir dos, casi lo duplica; no seguir tres, lo aumenta un 152%, y no seguir los cuatro supone un riesgo de mortalidad cuatro veces superior, según un estudio de la Universidad de Cambridge (Gran Bretaña).
Los investigadores (también del Consejo de Investigación Médica de Cambridge) ya habían analizado antes la incidencia en la mortalidad de algunos de estos factores. El efecto negativo de cada uno en la salud es conocido por todos. Pero el estudio, que recientemente publicó la revista electrónica PLoS Medicine, quería cuantificar el impacto combinado de estos simples hábitos.
Para ello, se analizó el estilo de vida y la mortalidad de 20.244 hombres y mujeres de 45 a 79 años, todos habitantes del condado de Norfolk, al sudoeste de Inglaterra, entre los años 1993 y 1997. En el estudio se aprovecharon encuestas ya disponibles, pero se excluyeron aquellos vecinos que ya contaban con dolencia cardiovascular o cáncer, y se les hizo un seguimiento.
Los especialistas en salud pública y epidemiólogos que hicieron el estudio calificaron con un punto a cada uno de los cuatro hábitos saludabes. Por vida no activa valoraron que el trabajo es sedentario y no se hace ejercicio en tiempo de ocio; para el consumo de alcohol, analizaron si la ingesta se situaba entre 1 y 14 unidades semanales (una unidad equivale a una copa de vino), lo que representa un consumo moderado, o bien si era cero o superior a 14; y calcularon el nivel de vitamina C en sangre para determinar la ingesta mínima de frutas y verduras: más o menos de cinco raciones al día.
En el estudio, que tiene en cuenta edad, sexo, índice de masa corporal y clase social, se registraron 1.987 muertes durante el periodo analizado y se vio que mientras más hábitos saludables se registraban, el riesgo de mortalidad iba disminuyendo.
Los resultados indicaron que quienes sumaban cero (los menos saludables) tenían cuatro veces más riesgo de morir en el plazo de 11 años que aquellos que sumaban cuatro (los más saludables). El riesgo de los más saludables equivalía al de los menos saludables pero 14 años más jóvenes. Dicho de otra forma: quien no lleva una vida sana tiene igual riesgo de morir que una persona que vive de forma saludable 14 años más vieja.
El tabaquismo aumenta un 77% la mortalidad respecto a no hacerlo; beber alcohol en exceso un 26%; el sedentarismo un 24%, y una insuficiente ingesta de frutas y verduras, un 44%. Fumar se desveló como el factor de riesgo de más peso, tanto para morir de enfermedad cardiovascular y de cáncer como de otras enfermedades. Al mismo tiempo, comer poca fruta y verdura aumenta un 70% el riesgo de muerte cardiovascular.
El estudio mostró cómo, a medida que se incumplían más hábitos saludables, aumentaba el riesgo de mortalidad.
Con todo, los investigadores subrayaron que los cuatro hábitos pueden ser practicados por toda la población y que incluso realizar pequeños cambios en el estilo de vida pueden suponer diferencias de salud importantes, lo que anima a adoptar aquellos hábitos saludables. El editorial de la revista también apunta que las administraciones deben facilitar a las personas llevar una vida más saludable.
Por Marta Ricart
De la Redacción de La Vanguardia y Clarin
FUENTE: Clarín, 04 de marzo de 2008. Edición impresa. Suplemento Salud.
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