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jueves, 24 de julio de 2008

Disfunción eréctil, un indicador temprano de afección cardíaca

Su diagnóstico debería motivar la búsqueda de factores de riesgo cardiovascular

El problema no se resuelve sólo con Viagra. O por lo menos a eso no debería limitarse la consulta médica de los varones de entre 35 y 50 años con disfunción eréctil, a quienes les vendría bien aprovechar esa visita para evaluar su salud cardiovascular, ya que cada vez se cuenta con más evidencias de que ese trastorno sexual es un indicador temprano de enfermedad cardiovascular.

"La disfunción eréctil pareciera ser un marcador de disfunción cardiovascular. Hay estudios que muestran que la disfunción eréctil en varones de entre 35 y 50 años de edad precede en 4 o 5 años a los problemas cardiovasculares", dijo a LA NACION el doctor Sidney Glina, jefe del Departamento de Urología del hospital Ipiranga de San Pablo, Brasil.

Eso es lo que demostró un estudio realizado en Estados Unidos, sobre 10.000 varones que fueron seguidos durante siete años. "El estudio encontró una relación lineal entre disfunción eréctil e infarto", comentó el doctor Jay Chang-Hyun Lee, experto en disfunción sexual del hospital Rockyview de Calgary, Canadá.

La disfunción eréctil comparte con las enfermedades cardiovasculares los mismos factores de riesgo: obesidad, diabetes, hipertensión y colesterol elevado. Y así como el exceso de peso y los niveles altos de glucosa en sangre, tensión arterial y colesterol obstruyen y lesionan progresivamente las arterias cardíacas y acercan a la persona al infarto, ese mismo daño vascular ocurre en el pene y causa disfunción eréctil.

Todos esos factores de riesgo cardíaco, además, minan la producción de la principal hormona masculina, la testosterona, cuya deficiencia se asocia también a la disfunción eréctil. Eso es lo que confirman recientes estudios realizado por investigadores del Hospital Italiano de Buenos Aires.

Uno de los estudios comparó a varones con disfunción eréctil y sin ella, y halló que, a mayor sobrepeso, menores niveles de testosterona. Respecto de otro estudio, del que participaron varones de entre 20 y 60 años, comentó el doctor León Litwak, jefe de la Sección Diabetes y Metabolismo del Italiano: "Vimos una mayor prevalencia de disfunción eréctil entre quienes tenían dislipemia [trastornos del colesterol] o hipertensión".

"Encontrar disfunción eréctil en una persona joven, que no sea por causa psicológica, nos debe llevar a buscar otros factores de riesgo cardiovascular", opinó Litwak.

El quinto elemento

Obesidad abdominal, hipertensión, resistencia a la insulina y trastornos del colesterol (HDL y triglicéridos). La presencia de al menos tres de esos componentes define el llamado síndrome metabólico (ver ilustración). Y tener síndrome metabólico significa tener riesgo de infarto y de diabetes.

En la actualidad, ya se oyen voces que proponen la disfunción eréctil como el quinto elemento del síndrome metabólico. "Sabemos que los varones con hipertensión, obesidad, colesterol elevado o resistencia a la insulina están en riesgo de desarrollar un infarto, por eso buscamos el síndrome metabólico", dijo Lee.

"Pero también hallamos que esos mismos varones tienen un riesgo mucho más alto de disfunción eréctil -agregó Lee-. De modo que ahora consideramos la disfunción eréctil como la quinta parte del síndrome metabólico. Porque existe un vínculo muy fuerte entre disfunción eréctil y enfermedad cardíaca."

"Como se sabe que la disfunción eréctil puede preceder a un problema cardiovascular -completó Glina-, creo que el médico que recibe a este paciente debe medir su presión arterial, su glucosa en sangre, sus niveles de colesterol. Son medidas simples, que vale la pena realizar."
Todos estos factores de riesgo que comparten la disfunción eréctil -que afecta al 35% de los varones de entre 40 y 70 años- y la enfermedad cardiovascular son prevenibles y, en gran medida, modificables. En muchos casos, un cambio hacia estilos de vida más saludables, lo que es de probada eficacia para reducir el riesgo cardiovascular, puede bastar para revertir la disfunción sexual de los varones con síndrome metabólico.

"Sólo haciendo actividad física y dieta, muchos de estos pacientes, al bajar de peso, pueden mejorar su función sexual", dijo el doctor Pablo Knoblovits, a cargo del Sector Andrología del Hospital Italiano, y coautor, junto con los doctores Costanzo, Rey Valzacchi, Gueglio y Layus, de los citados estudios.

En otros casos, el tratamiento de la disfunción eréctil debe complementarse con el uso de los inhibidores de la fosfodiesterasa-5, familia de fármacos cuyo primer exponente fue el sildenafil (Viagra, según su nombre comercial en EE.UU.), pero que hoy cuenta con otros fármacos como el vardenafil o el tadalafil. "La medicación funciona en entre el 70 y el 90% de los pacientes", precisó Glina.
FUENTE: De la Redacción de LA NACION . Por Sebastián A. Ríos .

martes, 22 de julio de 2008

VIDAS CON SENTIDO

Si queremos vidas largas, con un poco de suerte genética, alimentación razonable, ejercicio y la ayuda de la ciencia, podemos lograrlo. Pero...¿Largas, para qué?
Para muchos la respuesta puede consistir en lograr poder, dinero, reconocimiento social, éxito, acumular objetos o saberes e, inclusive, seguridad. En proporciones difíciles de precisar, tales cosas son admisibles, sobretodo en Occidente. El asunto es que suelen convertirse en fines en sí mismos y no en medios para alcanzar una vida trascendente.
Preguntémoslo otra vez y de manera ligeramente diferente...¿qué es vivir? ¿Cuáles son las cosas de veras preciadas y necesarias? Arriesguemos algunas respuestas: la amistad y su cultivo, las aficiones creativas, el tiempo para la charla y la comunicación con los seres queridos, la atención a la salud corporal y espiritual, el desarrollo del potencial emocional e intelectual.
Mariano Giraldes

martes, 1 de julio de 2008

LA VIDA COTIDIANA

En lo cotidiano, la clave es potenciar los vínculos relacionales, la confianza del uno en el otro porque ahí es dónde el miedo y la desconfianza han golpeado más fuerte. Debería poderse crear proyectos comunes, rescatar el valor de la palabra, desarrollar la empatía con el otro.