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viernes, 19 de septiembre de 2008

Nuevos contextos, nuevos discursos, prácticas renovadas


Por Mariano Giraldes

Todo discurso que se refiera a la Educación Física, a la gimnasia o a cualquier otra cosa, interpreta, concibe, ordena y clasifica pretendiendo una verosimilitud lógica. Precisamente por eso, suele tener suficiente fuerza como para lograr que esa interpretación ayude a mejorar la percepción social de esa disciplina, colabore en la estructura de significaciones que posee y ayude a llevar adelante prácticas más sólidas y significativas tanto para el que aprende como para el que enseña.
Dado que parece evidente que somos ineficientes a la hora de planear, conducir y evaluar esa práctica relativamente intencionada sobre el cuerpo que ha dado en llamarse Educación Física, será cuestión de intentar un discurso capaz de mejorar nuestras prácticas, en el marco de demandas sociales y culturales que han cambiado profundamente.

¿Qué hace falta para ello?
Ya hemos aceptado que todo discurso, interpreta. No debería tener pretensiones de verdad (inclusive la verdad científica merece ponerse en duda), pero interpreta. De manera que puede haber otras interpretaciones y pueden elegirse otros abordajes. Pero todos deben ser capaces de ayudar a reflexionar críticamente. Entre otras cosas, sobre la permanencia de tradicionales discursos, por ejemplo los llamados fundacionales, de perdurable presencia en nuestro campo. Sugiero que para mejorar nuestras prácticas hace falta:

1. Un conocimiento específico de la materia que va a enseñarse: Sin duda son imprescindibles aquellos saberes propios de la Educación Física, a cuya búsqueda se han dedicado tantos -entre los que me incluyo- a lo largo de nuestra corta historia como materia escolar primero y como disciplina académica después. Habrá entonces que entrar en diálogo con otras ciencias, disciplinas y teorías; desde un lugar propio y sin dejarse tentar -tal como he expresado otras veces- por tocar de oído en instrumentos prestados.
2. Revisar las actuales estructuras de significado. Lo que implica preguntarse ¿Para qué sirve la Educación Física hoy? ¿A qué se dedica en realidad? ¿A qué cuerpo hace referencia cuando habla de cuerpo?¿Al cuerpo–arte de tatuajes y piercings?¿Al cuerpo-salud y belleza, de tanto vigencia, ayer y hoy en la Educación Física?¿Al cuerpo relacional? ¿Al cuerpo apto para el rendimiento deportivo? ¿Al cuerpo como objeto de consumo? ¿Bajo qué lógicas trata ese cuerpo? ¿Es una materia devaluada en el concepto de los alumnos, de los padres y de los otros maestros o goza de general aceptación?:
3. Aceptar que una educación corporal también se transforma en imprescindible por sus aportes al mundo del conocimiento de las prácticas corporales. Mundo esencialmente complejo, intermediado por la ciencia, las ideologías políticas, los intereses económicos y los medios de comunicación.
Las sociedades actuales, que transitan una etapa llamada posmodernidad o modernidad tardía, han entrado en la lógica de las sociedades de consumo. Inevitablemente, las concepciones sobre el cuerpo son influenciadas por tal lógica. Por lo tanto, todo intento de educación corporal debe, frecuentemente, actuar como una contracultura. Tendrá que mostrarse capaz de rechazar propuestas corporales ofrecidas como mercancías, negarse a aceptar que el cuerpo se transforme en el más bello objeto de consumo, esclarecer y proponer alternativas desafiantes, placenteras, renovadoras. En síntesis: ayudar a pensar nuevas maneras de pensar la corporalidad.
Es que la crisis de la modernidad, que se hace evidente a partir de los años setenta, surge con la pérdida de la credibilidad en las teorías sobre el progreso, con el declinar de los relatos filosóficos y religiosos; por el desencanto, en definitiva, ante nociones como la razón, la historia, el progreso o la emancipación. Los grandes relatos son reemplazados por pequeños relatos tales como la moda, el hedonismo, el culto al cuerpo, el individualismo exacerbado, la adicción por las pantallas, el estar comunicados, y las relaciones amorosas con escaso compromiso.
En lo que respecta a la construcción social de los modelos corporales, la apariencia lo es todo. Proliferan las éticas fundadas en la estética. En las sociedades modernas, los cuidados de la apariencia corporal, indicaban un nuevo estilo de vida y no se difundieron por igual. Significaron un signo de distinción que informaba sobre el grado de riqueza, posición, género, religión, edad, etc. En las sociedades posmodernas puede decirse que se produce un proceso de democratización corporal; cada vez nos identificamos más con esta posesión, nuestro cuerpo, que nos representa y que se convierte en verdadero objeto de culto.
Con todo, nada nos aleja de la construcción de un cuerpo productivo, disciplinado socialmente por un camino algo diferente al señalado por Foucault, pero disciplinado al fin, dócil a dictados ajenos. El nuevo narcisismo hedonista, con el que identificamos el culto al cuerpo marcha también en busca de la excelencia, donde todo signo físico, forma, apariencia, porte postura, moda, nos implica en un juego simbólico hipercompetitivo. La ética de la proeza, del desafío personal, la superación de límites, el riesgo dibuja a la perfección la estética de los comportamientos.
Ante tanta incertidumbre viene bien enseñar que lo corporal es una certeza dentro de un mundo difícil de aprehender. El cuerpo es la inevitable presencia desde la que se opera toda percepción de la realidad.
Se abre para los maestros del cuerpo un comprometido territorio de intervención social, nada parecido al paradigma técnico, que asignaba a la Educación Física, como función más importante, el enseñar las habilidades motrices. El tema -tal como siempre ha sido- es: ¿A quiénes? ¿Cuáles? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Con qué? ¿Partiendo desde dónde? ¿En qué contextos? ¿Qué estrategias de intervención? Sólo que hoy tales preguntas deben ser resignificadas, dado los nuevos contextos sociales y culturales en los que se desarrollan nuestras prácticas. En eso estamos.

4.Ayudar a que los aprendices abandonen las razones de los otros (inclusive las nuestras), que los impulsan y les recomiendan hacer “actividad física”. Habrán de encontrar nuevos y personales argumentos que los impulsen a la búsqueda de un camino, que al ser transitado llevará a una relación más inteligente y significativa con el propio cuerpo. Relación ésta que debería durar toda la vida.
Lo malo es que es imposible dedicarse a esta tarea de imaginar nuevos escenarios de práctica de la Educación Física en la Escuela o de inserción de los maestros del cuerpo, en cualquier lugar de desempeño sin:
* Reconocer las historias que atravesaron y atraviesan las instituciones- del Estado para abajo- los contextos de crisis que no son la excepción sino la regla, la existencia de nuevos y cada vez más dramáticos problemas familiares, sociales y económicos.
Para un profesor de Educación Física, formado en un profesorado en el cual, como decía, sigue predominando el paradigma técnico,(pienso en este momento el caso de muchas cátedras de gimnasia) tales situaciones suelen superar sus saberes y representaciones acerca del rol profesional.

* Comprender que el discurso pedagógico contemporáneo, se ha hecho eco de esa realidad social y ha afianzado y posibilitado la existencia de enfoques y teorías que le resuenan extrañas.
Es que muchos han creído, ingenuamente, el extendido argumento de que “encargarse del cuerpo” es sencillo, dado que a todos los chicos les encanta jugar y practicar deportes.
Estas teorías, enfrentadas muchas veces, introducen de manera diferente las vinculaciones entre la escuela, el conocimiento y el poder. Pero todas ellas resaltan la importancia de lo político en el acontecer educativo. Entre tanto, y para mayor desconcierto de muchos de nosotros que todavía suponemos que los chicos vendrán a la escuela dispuestos a aprender, limpios y bien alimentados, nos encontramos con que la infancia tradicional se ha transformado en un tema de evocación y nostalgia. Hoy, la generación de chicos que están solos en sus casas, cocinan, prenden el televisor o la computadora no es patrimonio de las clases populares. La televisión y los juegos de computadora les permiten pasar el tiempo en que están solos. Esta soledad, esta ausencia de padres, es una realidad cotidiana de la infancia de comienzos del siglo.
Las prácticas de la Educación Física sólo pueden ser entendidas y propuestas en el marco de estos nuevos contextos sociales y culturales. No sorprende entonces la demanda que hacen los padres a las instituciones, conscientes en muchos casos, que han dejado a sus hijos en soledad, “que son padres vivos de hijos huérfanos”. Esa comprensión y consiguiente culpa, puede ser la matriz de la violencia que suelen mostrar muchos de ellos con los maestros de sus propios hijos.
Será cuestión de reconocer el pesimismo instalado en las escuelas que no logran hacer pie frente a las complejas e inequitativas realidades que paralizan toda propuesta de acción.
Que nosotros, los profesores de Educación Física, consideremos que en nuestra clase “está todo bien”, porque los chicos están contentos y entretenidos, nunca fue una buena justificación de nuestra intervención. Menos ahora. Tenemos que reconocer el funcionamiento cotidiano de las escuelas, atravesadas por esas realidades descriptas y deberíamos abocarnos a construir una real educación corporal, en la cual, la gimnasia, el juego, los juegos deportivos, las prácticas corporales en la Naturaleza y los deportes, sean motivo no sólo de enseñanza técnica, sino tema de confrontación, análisis y crítica de la vida cotidiana, tan atravesada, como dijimos, por todo lo referido a lo corporal, en sus distintas manifestaciones.

PUNTO CLAVE: Se requiere urgente un renovado perfil de maestros del cuerpo capaces de elaborar de manera constante, nuevas prácticas más humanas y solidarias.

martes, 9 de septiembre de 2008

UNA BUENA GIMNASIA CEREBRAL: pasar de la curiosidad al asombro.

Los hábitos son algo curioso. Los cumplimos sin pensar en ellos, con el cerebro en piloto automático, inmersos en la comodidad de la rutina. “No es la elección sino el hábito lo que gobierna al rebaño humano irreflexivo”, dijo William Woodworth, en el siglo XIX. En el cambiante siglo XXI, hasta la palabra hábito tiene connotaciones negativas.
Quienes se dedican a las neurociencias, sin embargo, descubrieron que cuando desarrollamos nuevos hábitos de manera consciente, creamos sendas sinápticas paralelas, y hasta células cerebrales nuevas, que pueden “puentear” nuestros esquemas de pensamiento y abordar caminos innovadores. Por lo tanto, cuanto mayor sea el número de cosas nuevas que probemos, cuanto más salgamos de la zona de comodidad de la rutina, más creativos podremos ser, tanto en el trabajo como en la vida personal.
No hay que tratar de eliminar los viejos hábitos: una vez que esas vías de proceder llegan al hipocampo, ahí se quedan. Los nuevos hábitos que incorporamos de manera deliberada crean sendas paralelas que pueden evitar los viejos caminos de resolver las cosas.
Lo que hace falta para la innovación es una fascinación para el asombro. Lo que no es novedoso, porque toda innovación en nuestra conducta, implica un aprendizaje y hace ya tiempo que se sabe que para aprender es necesario ser capaz de maravillarse ante la inmensidad del conocimiento.
Sin embargo, se nos enseña a decidir. Es decir a eliminar todas las posibilidades menos una. Pensar es abordar problemas. Los abordamos de formas de las que no somos conscientes. Los investigadores descubrieron ya a fines de los sesenta, que los seres humanos nacemos con la capacidad de enfrentar los desafíos y los aprendizajes de cuatro maneras básicas:
  • La analítica
  • La práctica
  • La relacional
  • La innovadora

En la pubertad, lamentablemente, el cerebro suele mantener las dos primeras que son las que permiten resolver los problemas más comunes que aparecen en los primeros diez años de vida. La consecuencia es que en la vida adulta, los modos innovadores y relacionales de pensamiento son poco utilizados para aprender. Comprenderlo, permite crear nuestro propio mapa de desarrollo de conductas y habilidades adicionales para el futuro.

Comodidad, tensión y estrés.

Vivimos en estado de comodidad, de tensión razonable y productiva o de estrés. La comodidad es el espacio del hábito existente. El estrés se produce cuando un desafío excede tanto nuestra experiencia que resulta abrumador. Es en la zona de tensión que se ocasiona el verdadero y efectivo cambio, por ejemplo, gracias a dedicarse a actividades difíciles o poco familiares.

Estos aspectos son importantes porque, a menos que sigamos aprendiendo cosas nuevas, que es algo que le plantea al cerebro el desafío de crear caminos nuevos, éste empieza a atrofiarse, lo que puede derivar en demencia, Alzheimer y otros trastornos cerebrales.

Una prueba sencilla: traten de entrecruzar las manos de la manera en que suelen hacer los políticos o los deportistas para saludar a sus públicos, levantando los brazos a la vez. Prueben de hacerlo ahora pero con el otro pulgar arriba. Resulta difícil. Se atraviesa por un momento al que se llama confusión, que sucede cuando se fusiona lo viejo con lo nuevo. Después de la confusión, el cerebro empieza a organizar lo nuevo. Si el proceso se repite, creará nuevas conexiones sinápticas. Pero no se logra sin esfuerzo: el “gran tomador de decisiones” que es el cerebro, protesta antes de seguir el camino desconocido y uno, sin casi darse cuenta, sigue haciendo lo mismo una y otra vez. El asunto es dejar la comodidad y la rutina de lado. Para la salud cardiovascular se ha comprendido desde hace mucho, la importancia del entrenamiento aeróbico. Para la del sistema muscular, óseo y de sostén el entrenamiento muscular: ahora hace falta tomar las riendas en el asunto y hacer ejercicios para la salud del cerebro con la misma intensidad. O, lo que es mejor y propondremos más adelante, realizar un tipo de prácticas corporales tan significativas como para que se estimulen todas las funciones y sistemas al mismo tiempo.

Los cerebros deteriorados, o el daño que generan, han inspirado una mini-industria de productos para la salud cerebral, no sólo suplementos como la co-enzima Q10, el ginseng o la bacopa, sino también productos informáticos para una mayor aptitud cerebral.

Los distribuidores de estos productos están teniendo éxito en las últimas seis décadas a la hora de adivinar los deseos de la generación nacida después de la Segunda Guerra Mundial. Ahora, están ganando dinero con los miedos de esa generación. Es que esa generación tiene sobradas razones para preocuparse. Hasta el momento no existe ningún análisis de laboratorio definitivo capaz de detectar el mal de Alzheimer. Los médicos confían en síntomas para realizar el diagnóstico y la mayoría considera que para cuando aparecen los síntomas, el daño cerebral ya es extenso.

¿Que puede hacerse como “gimnasia cerebral” aparte de dejar la comodidad y la rutina de lado?

Puede intentarse:

  • Memorizar los números que dan vuelta alrededor de la vida cotidiana de cada uno: tarjetas de crédito, PIN y números de teléfono.
  • Inventar ejercicios de nemotecnia para recordar los nombres de las personas que nos rodean.
  • Memorizar sus fechas de cumpleaños.
  • Memorizar poesías o letras de canciones. Tiene la ventaja de que, al hacerlo, uno puede llevarlas consigo. Y todos queremos llevar con nosotros aquello que amamos.
  • Memorizar películas, sus actores y directores. Este suele ser uno de los temas que suelen preocupar a muchos, al no poder recordar esos nombres de actores y directores famosos, por ejemplo.

Hay que tener presente que los especialistas consideran que las personas inteligentes encuentran nuevas formas de ejercitar su cerebro, sin necesidad de comprar software ni hacer talleres caros.

M.G.

Algo para compartir

La Profesora Graciela Allende ha enviado esta respuesta con respecto al artículo publicado más abajo que me pareció muy interesante por eso lo quiero compartir con ustedes:
"Gracias por el mensaje acerca del desafío. A veces, uno inicia una actividad y tarda un tiempo en apropiarse de ese acto. Ya sea por sentirnos más bellos, o por responder a la demanda del médico o de otros, a veces desconocemos nuestro deseo. Hay un tiempo de retorno de eso que hacemos al concurrir al gimnasio para que algo comience a trabajar en nosotros, bajo otras formas que las del aburrimiento. Fatal tapón del deseo que vivifica. En nuestro tiempo, el aburrimiento es pantalla de alguna forma de angustia. Seguramente si prestamos atención al significante "aburrimiento", vamos a darnos cuenta que en la búsqueda de algo que no nos aburra, nos perdemos del encuentro con lo nuevo, con la sorpresa de un desafío que nos ayude a enfrentar de otro modo cualquier circunstancia de la vida. Aceptaré por lo tanto el desafío, para ponerme en movimiento!!"
Lic. Graciela Allende
Psicoanalista
Prof. de Psicología de ISEFI "Hugo Quinn"

jueves, 4 de septiembre de 2008

Me aburro

Este texto lo colocamos en la cartelera del gimnasio para dar respuesta a aquellas situaciones en las que los alumnos manifiestan que se aburren al hacer actividad física.
¡ME ABURRO!

Nos lo dicen todos los días. Algunos de nuestros alumnos nos lo repiten siempre, tan luego les indicamos caminar en la cinta o hacer una serie de abdominales.
En la época en que solía sentirme culpógeno, me preguntaba...Y ahora...¿Cómo hago para entretenerlo?
En general, apelaba a la razón científica; con lo que conseguía dos cosas: aburrirlo con la propuesta y con la explicación.
Hoy, que ya no soy un optimista de ida sino un pesimista de vuelta, suelo contestarles: “Es lógico que te aburras; pero para la próxima vez que vengas te prometo que te traeré un pony con un monito encima; te harán pruebas mientras pedaleas y estarás de lo más divertido”.
Desde luego que la ironía y el humor pueden servir para matizar algunas situaciones. O para ayudar a pensar. Pero no sirven para todas ellas. En este caso, la clave pasa por otro lado. Pasa por ayudar a las personas a que ubiquen aquellos aspectos de su vida a los que han decidido otorgarle significado. El cuerpo puede ser uno de esos territorios.
Analicemos, en primer lugar, las razones más frecuentes que llevan a las personas a hacer actividad física:
· Porque quieren verse espléndidas físicamente, habido cuenta que en la galaxia posmoderna refulgen tres estrellas: estar siempre joven, siempre delgada y siempre bella.
· Porque las manda el médico.
· Porque las manda su pareja.
· Porque las mandan sus padres, preocupados por la postura de sus vástagos o porque se lo pasan frente a las pantallas (de la TV, el celular o la computadora)
· Porque han terminado aceptando que muchas de las dolencias corporales y psíquicas que sufren se deben al sedentarismo y a un estilo de vida tóxico que no atinan a cambiar.
· Porque han comprendido que en el envejecer hay un componente voluntario y otro, inevitable.
· Porque quieren mejorar su eficacia en un deporte.
Así, llegamos al nudo de la cuestión...¿ Quién tiene la culpa de que yo vaya al gimnasio, pague la cuota y me aburra tanto como para no ir más o ir salteado?
NADIE. No es una cuestión de culpas. No es cuestión de aburrirse o no aburrirse. Es cuestión de analizar si uno acepta que “soy porque tengo un cuerpo”. Por lo tanto, lo que decida hacer o no hacer con él, constituye un reto, un desafío. A los desafíos se los puede aceptar o rechazar. Pero a todos nos atraen. De chicos decíamos: - !Te corro hasta la esquina!. O: - !Juguemos a la rayuela!. Hoy sería: ¿Vamos a jugar con la Play?
En un mundo sin valores, muchos pueden aceptar el desafío de triunfar en la lucha contra otros. Sin embargo, no necesitamos más campos de lucha, sino de confraternidad. Esa equivocación puede llevar al sufrimiento.
El cuerpo, en cambio, no tiene ese dramatismo. Plantea el apasionante reto de conseguir aquello que uno mismo se ha propuesto. Significa descubrir lo mejor de sí, el valor de lo aun no logrado, recobrar aquello adormecido por falta de uso, demostrarnos lo que somos capaces de conseguir cuando explotamos al máximo nuestras capacidades.
Puede haber presiones sociales, pero, en definitiva, uno elige. Por eso Sartre decía: “Soy todo aquello que he logrado, con lo que los otros trataron de hacer conmigo” .
Aceptar estos desafíos no tiene porqué significar sufrimiento. Puede ser muy placentero. Puede recuperarse o sentirse por primera vez, esa suerte de placer animal que experimenta el hombre al jugar o relacionarse, de una u otra forma, con ese a veces olvidado propio cuerpo.
M.G.





miércoles, 3 de septiembre de 2008

¿Como aumentar la intensidad de las caminatas?

Se puede hacer algo simple de diferentes maneras

Si bien la caminata es un excelente ejercicio para la salud, a la hora de incrementar la intensidad de la misma surgen preguntas tales como ¿muevo más los brazos?, ¿camino más rápido?, esta inquietud de escribir este artículo me surgíó tras la pregunta de una alumna, con la cual venía trabajando caminatas con pesas, ya que no quería trotar o correr por el alto impacto y porque tiene antecedentes de várices en su familia, entonces me surgió la idea de caminar con bastones, creyendo que había inventado la pólvora consulté en internet y me encuentro con la noticia de que la Nordic Walking ó caminata con bastones ya estaba inventada:
"El primer tipo de Nordic Walking se remonta a principios de los años 1930 en Finlandia cuando el Equipo local Finlandés de Esquí Nórdico empezó a entrenar con la técnica de esquí nórdico también durante el verano, caminando y corriendo con bastones de esquí".
"Las primeras investigaciones y tests sobre los efectos beneficiosos para la salud del Nordic Walking datan de 1996 en Finlandia".
"El Nordic Walking, en su forma actual se inicia en 1996".
"Exel propone, en 1997, el nombre Nordic Walking para uso internacional, traduciéndose en España como Marcha Nórdica. A su vez se desarrolla el primer palo de fibra de carbono para dicha práctica y se inicia el desarrollo internacional de esta nueva práctica deportiva".
"En el 2000 se constituye en Finlandia la INWA (Asociación Internacional de Nordic Walking), siendo los primeros miembros Finlandia, Austria y Alemania. Actualmente existen 16 países miembros oficiales y se están desarrollando actividades en 40 países".
Después de leer decidí comprar dos bastones comunes, sacar la medida para mi (altura x 0,7) y decidirme a utilizarlos a la orilla del río de mi ciudad.
Una experiencia personal:
En la mañana del día del amigo, me decidí probar los bastones caseros para realizar la caminata, haciéndole caso al dicho popular "en la cancha se ven los pingos".
Al principio me sentí medio desubicado, pero luego comencé a "tomarle" la mano a los bastones, los desplazaba alternamente y en algunos momentos al mismo tiempo y note como, si bien se me facilitaba la caminata, me cansaba más, comencé por un terreno llano y luego por uno con distintas pendientes y realmente me fatigó, sentía que estaba esquiando por el pasto, durante la misma me surgieron posibles aplicaciones, como aplicarla con la alumna que me estimuló a escribir, agregándole los bastones a la caminata con lastre, si es que se anima a superar el prejuicio de hacer algo nuevo sin importar el que dirán, sobre todo un una ciudad chica como en la que yo vivo, y si no realizarla yo porque realmente me gustó mucho….(ja, ja , ja)
Resumiendo:
Algunos datos científicos que fueron publicados en el boletín de la asociación de Nordic walking de España, su autor José Manuel De Mallorca nos dice:
"Las respuestas fisiológicas al caminar con y sin bastones se estudiaron por Hendrinckson (1993) y por Porcari y otros (1997)".
"Se encontró que el uso de bastones aumentó significativamente la absorción de oxígeno, la frecuencia cardíaca y el gasto de energía en aproximadamente un 20% en comparación con los que caminaron sin bastones".
"Caminando con los bastones principalmente mejora la aptitud aeróbica, la resistencia muscular, disminuyen los dolores en la zona del cuello y hombros, puede tener efecto positivo en el estado de ánimo. Caminar con bastones es una actividad física segura y divertida que se ajusta a todas las personas".
Creo que es una interesante actividad para utilizar con alumnos que no desean trotar ni correr y por lo tanto, podemos ir incrementando la intensidad de la caminata común realizándola con bastones comunes y cuando se llega a un estado físico más elevado (no menos de 6 meses) se puede agregar peso en manos y piernas, siempre respetando los principios del entrenamiento (de lo poco a lo mucho) para evitar lesiones.

Néstor Trepode
Prof. en Ed. Física
Personal trainer
e-mail nestor.trepode@gmail.com