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martes, 8 de abril de 2008

Una relación más inteligente con el propio cuerpo

Una relación más inteligente con el propio cuerpo significa:
  • Una relación no alienada.

Dicho en el sentido de aceptar el propio cuerpo, con sus límites, pero también con sus inmensas posibilidades de relación, vínculo con los demás, expresión y aprendizaje. Muchas personas, presionadas por fantasías de conseguir cuerpos ideales, quieren "construirse un cuerpo" que jamás podrán alcanzar. De lo que se trata en realidad es aprender a "ser" corporalmente en el mundo. (No es una mala hipótesis considerar que una claudicación cardiaca también puede originarse en una relación de poco respeto y conocimiento del propio cuerpo).

  • Acorde con las exigencias sociales y culturales pero sólo hasta cierto punto.

Es que la cultura corporal actual, en muchas de sus manifestaciones, se vuelve contra el hombre al exaltar lo más superficial de su corporalidad. Hoy puede hablarse de una industria cultural de lo corporal. Como buena industria, se dedica a inventar, producir y distribuir mercancías, para que sean consumidas. Esas "mercancías" pueden explotar comercialmente nombres tales, como Body-pump, latino, hip-hop, Fight-do, Pilates, Tae-bo, Aero box o Body balance. Son técnicas gimnásticas, pero al ser estudiadas como un producto a ser vendido, tienen sus atractivos para aquellos más preocupados en parecer que en ser. Han hecho sus aportes al mundo de las actividades físicas; sin embargo, deben ser observadas con mucho cuidado cuando de prevención y rehabilitación se habla. No hay que olvidar una cuestión crucial en lo metodológico:

Punto clave: Muchas propuestas gimnásticas se basan en modelos de clase que exaltan la uniformidad. Uniformidad no sólo al intentar moverse todos igual y al mismo tiempo o al tratar de parecerse lo más posible al profesor o a los mejores ejecutantes, sino uniformidad en los criterios de selección de las variables de las cargas, también llamados "componentes esenciales de la prescripción", (Colegio Americano de Medicina del Deporte, ACSM, 1999). Si bien siempre ha resultado muy difícil precisar CUANTO ejercicio es el óptimo para asegurar la salud, algo sí puede afirmarse:

¡No existe, o al menos no debería existir una clase en la que todos los integrantes deban esforzarse con la misma cantidad, calidad e intensidad de ejercicio!

Prof. Mariano Giraldes

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