Una permanente fuente de sufrimiento para muchos, se origina en el conflicto entre la imagen de prestigio que quieren dar para ser aprobados por los otros y lo que verdaderamente sienten, quieren y desean. Si uno solo quiere verse en el espejo de la mirada del otro, al que se trata de seducir, desaparece como sujeto porque lo único que le importa es el reflejo. No deja de ser igualmente trágico el hecho de que el otro, en realidad, tampoco está. Del otro lo que se busca es su aprobación. Este fenómeno, de clave narcisista (Narciso ama a su imagen, por eso muere al caer atrapado por ella), se advierte muy bien en las sociedades contemporáneas: la obsesión por el poder de cautivar a través de la imagen, de construir una imagen para obtener consenso, aprobación. De esa manera lo que se consigue es una disociación entre la imagen que se propone para que sea “comprada”, y lo que verdaderamente se es o se hace.
Mariano Giraldes
1 comentario:
Lo que se consigue ,además,es la pérdida de la "Libertad" ,ya que nos convertimos en "esclavos" de esa máscara que se pretende mostrar a los demás,dejando de crecer y ser uno mismo.
Muy interesantes! todos los temas publicados.
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