La falta de equilibrio y los problemas para mantener un andar sin tropezones pueden ser los primeros indicios de la aparicìón de la demencia y del mal de Alzheimer, un desorden neurodegenerativo progresivo que comienza por afectar la memoria.
Un grupo de investigadores de los Estados Unidos demostró que las personas que no cuentan con un buen estado físico para su edad pueden tener más riesgo de desarrollar demencia y Alzheimer. El estudio publicado en Archives of Internal Medicine también afirma que hacer actividad física retrasaría la aparición de ambas enfermedades.
Estos resultados respaldarían la noción de que los primeros síntomas del mal de Alzheimer serían principalmente físicos y no únicamente mentales.
El equipo dirigido por la doctora Li Wang, de la Universidad de Washington en Seattle, Estados Unidos, examinó a 2288 pacientes mayores de 65 años sin signos evidentes de demencia al comienzo de la investigación. Los investigadores realizaron un seguimiento de los participantes durante seis años, con evaluaciones cada dos para conocer el estado físico y mental.
A los seis años, 319 pacientes habían desarrollado demencia, de los que 221 tenían síntomas de mal de Alzheirme. Los participantes con mejor estado físico al comienzo del estudio tenían tres veces menos probabilidades de desarrollar demencia que aquellos que tenían una actividad física muy reducida.
"Todos esperábamos que los primero indicios de demencia fueran cambios cognitivos sutiles -dijo Eric Larson, director del Centro par Estudios de Salud de la universidad-. Nos sorprendió encontrar que los cambios físicos pueden ser anteriores a la disminución del funcionamiento mental".
Los resultados del estudio "sugieren que en el envejecimiento hay un vínculo estrecho entre la mente y el cuerpo -agregó-. Si se empieza a notar una disminución del estado físico, reanudar el ejercicio ayudaría a frenarla. Y esto reduciría el riesgo de sufrir un deterioro cognitivo temprano".
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