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martes, 9 de diciembre de 2008

Generación Maestra

Las Técnicas Corporales Terapéuticas en el Agua:
Una propuesta de actividades acuáticas con los adultos mayores

“No se trata de evadirse, sino de encontrarse”
Santiago Kovadloff

Mi nombre es Mariano Bacchi y estoy a cargo de la cátedra de Natación en la Universidad de Flores y en el Instituto Superior FODEHUM. A través de la misma he buscado mostrarles a mis alumnos una visión más amplia de lo que tradicionalmente se ha entendido por “Natación” en los Institutos de Educación Física.
En primer lugar estoy convencido que el término “Natación” que se utiliza para nombrar a esta cátedra debería cambiarse por el de “Actividades Acuáticas”, ya que pienso que el mundo de las actividades físicas en el agua va mucho más allá de la natación, entendida esta como el aprendizaje de las cuatro técnicas de nado, las salidas y las vueltas.
Considerar que el dominio de los estilos de nado es todo lo que se puede hacer en el agua sería algo similar a plantear que en la vida de una persona con saber andar o correr ya tendría suficientemente desarrollada su capacidad de movimiento.
Este nuevo enfoque toma a la natación como un contenido más de la cátedra, sumando otras posibilidades de actividad física en el agua como ser las actividades para embarazadas, adultos mayores, personas con diferentes patologías, etc.
Es en este marco que junto con la Prof. Teresa Giraldes llevamos adelante la clase que se relata a continuación. En la misma se utilizan las Técnicas Corporales Terapeúticas en el agua como una propuesta de actividad física para los adultos mayores.
Los participantes de la clase fueron alumnos de mi cátedra que compartieron la experiencia con alumnos que asisten regularmente a nuestras clases de Actividades Acuáticas para Adultos Mayores.
Comenzamos el encuentro con el tema de J.M. Serrat “Llegar a Viejo”.

“Si se llegase entrenado” dice el cantautor – “y con animo suficiente…”
“Si se viviese entre amigos y al menos de vez en cuando pasasen una pelota … ay! Si la veterania fuese un grado, y el carnet de jubilado abriese todas las puertas”
“…Si fuesen poniendo luces en el camino a medida que el corazón se acobarda y los ángeles de la guarda diesen señales de vida”
“… Si no estuviera tan oscuro a la vuelta de la esquina o simplemente si todos… entendiésemos que todos llevamos un viejo encima”

Cada uno de nosotros expresó su sentir después de escuchar el tema y comprendimos (así esperamos) que todos participamos del ciclo de la vida, y que cada momento de ese ciclo, ya sea que este próximo al comienzo o al fin, merece ser valorado y; ¿por qué no? ¡celebrado!
Creemos profundamente que la dignidad de una sociedad, entre otros valores que hace a la salud, la educación y la equidad se mide por el trato que le damos a los ancianos. La vida se mantiene, se sostiene, se cultiva y se ejerce.

“La enseñanza es una praxis. La definición clásica de praxis designa una forma de vida humana dedicada a la búsqueda del bien. Tal criterio ubica a la enseñanza. Ella no es mera teoría ni solo acción.
El que enseña, lo sepa o no, demuestra una fuerte decisión personal basada en juicios previos que ha realizado, de dedicarse en una búsqueda que considera valida: la de ayudar a alcanzar una vida plena acorde con las potencialidades de cada individuo” M. Giraldes.

Descubrir las posibilidades de nuestro cuerpo en el agua implica un placentero y profundo ejercicio.
Cuando nos sumergimos en el agua, la disminución del peso corporal es vivida como una liberación.
¡Este ejercicio (en la tierra) no lo puedo hacer! suelen decir nuestros alumnos – De hecho nos sentimos mas livianos, los músculos se relajan. La columna vertebral adquiere una flexibilidad lógica al dejar de ser el soporte obligado y constante de nuestra posturalidad.
Nadar, jugar, expresarse corporalmente, danzar, divertirse en el agua produce efectos positivos sobre todo el organismo. Cuando juego me desestructuro, creo y es este juego, el hilo conductor de todos nuestros encuentros.

Una frase, escrita en un muro del Fogón de los Arrieros, en Resistencia, Chaco reza así “El hombre vive clamando por la inmortalidad y no sabe que hacer en un día de lluvia”

Estos fueron algunos de los planteos que se les presentó a los estudiantes para analizar grupalmente:

· La vida sin juego (sin utopías dice Serrat) es un permanente ensayo para la muerte. ¿Comparten esto?
· ¿Se puede modificar el aislamiento, el sedentarismo, la soledad, la dependencia de los adultos mayores a través de la actividad física?
· La toma de conciencia del propio cuerpo ¿resultaría una forma de trabajo para abordar la reconstrucción de la imagen corporal? ¿Por qué?

La puesta en común los llevó a la comprensión que estar presente en nuestro cuerpo para sí y para los otros es habitarlo… pero previamente admitir que tenemos un cuerpo, que somos un cuerpo e incluso que nuestra verdad objetiva y concreta consiste en ser un cuerpo.
Quizás podamos de a poco entender que no se cambia el cuerpo que se “ve” cambia el cuerpo que se “siente” atravesado por sensaciones, sentimientos, miedos, alegrías…
Nuestro cuerpo no se opone a la inteligencia, al alma. Los incluye y los alberga. Por ello tomar conciencia del propio cuerpo significa abrirse al acceso a la totalidad del propio ser.
Porque el cuerpo y el espíritu, lo físico y lo psíquico incluso la fuerza y la debilidad representan, no la dualidad del ser, sino su unidad.
La vida se vive hacia delante, pero se comprende hacia atrás.

Explicamos a los estudiantes que consideramos algunos ejes fundamentales en las Técnicas Corporales Terapeúticas en el Agua:

a. El juego como incentivador
b. Desarrollo de la investigación y la creación
c. La danza o expresión corporal
d. Eutonía, Gimnasia conciente, Gimnasia localizada
e. Un diferente abordaje de la enseñanza de la natación.

De importancia clave: Apoyar toda esta tarea en el vinculo afectivo.
Se investiga y se juega en el agua con diferentes objetos pelotas, globos, pañuelos, nylon grandes, telas, cintas, trozos de mangueras… en contacto con nuestro propio cuerpo y el de nuestros compañeros.

Es esta una modalidad donde el alumno puede abordar diferentes realidades siempre en el agua, en un continuo proceso de crecimiento y maduración. El coordinador permanece en el agua, no impone consignas, recoge mas bien, aquello que observa realizar genuinamente a los integrantes del grupo, estimula…


Cuando un hacer cualquiera, se transforma en tener que hacer, pierde su esencia.
Creemos que el hombre crece, abandona estereotipos, explora, pierde su rigidez, se inventa un mundo propio cuando recupera su capacidad de ser él mismo.
Nadando, o flotando simplemente, desplazándose o dejándose estar despaciosamente, cerrando los ojos, teniendo conciencia de piel, músculos, articulaciones, órganos internos, escuchando el sonido, el fluir tan distinto del medio liquido se puede llegar a estados muy cercanos a la meditación aunque no sea este el objetivo. La blandura cálida y cristalina del agua actúa no solo a nivel muscular, sino también a nivel psicológico puesto que propone sensación de liviandad, seguridad, tranquilidad gracias a su poder de relajación.

Comentamos algunas situaciones vividas por nuestros alumnos:

Beatriz tiene mas de 60 años, la trae a la pileta una deuda interna: “¡Moverme en el agua sin miedo!...” Nos dirá tiempo después… “¿Vos sabes lo que es disfrutar del agua sin sentirme agarrotada por el pánico? ” Este es el patrón común en muchos de nuestros alumnos: el miedo al agua pero también, la decisión de acercarse, todo un desafío.
- “¡Alguna vez nade! – me dirá Rosario…
¿Qué paso con ese recuerdo? Sumergirnos…
Sumergirnos ¿en qué?... ¿en quién?
Esta es la pregunta frente al miedo.
Les manifestamos a los jóvenes que, en general, nuestras clases no son organizadas previamente.
Muchas veces recojemos las propuestas de actividades de los propios alumnos… coordinamos, animamos…
La música es el disparador del movimiento y la creación… ¿cuál? desde aquella que es cara y entrañable a su época y afectos hasta ritmos modernos, desde música folklórica Argentina hasta de la Chilena isla de Chiloé, tangos, tarantelas, flamenco, guaranias y música griega también forman parte del repertorio.
En otras oportunidades; siguiendo a Maria Fux, sin música, interpretando corporalmente la melodía peculiar de las palabras, escuchando una poesía, el ritmo del corazón o nuestra respiración con una expresividad que maravilla.

Sin lugar a dudas fueron los adultos mayores quienes motivaron la clase, indujeron a los mas jóvenes a los movimientos y a la danza. Crearon juegos, se desplazaron con las telas contactándose y escondiéndose con ellas, arrojaron globos, dibujaron formas con cintas de colores, que las siguieron con brazos y/o piernas, proyectaron la pelvis en ondulaciones oscilantes. Investigaron diferentes tipos de ejercicios respiratorios con sorbetes, nadaron en duplas, tercetos, grupalmente integrando a los jóvenes con quienes se vincularon mas estrechamente en la vuelta a la calma mediante el contacto y el masaje en la espalda, la cabeza, los brazos…
Terminamos después de una hora y media de clase aplaudiendo, salpicándonos y riéndonos.
No pudimos hacer otra cosa que, como lo hacemos siempre, salpicar y emocionarnos con el mismo deseo de los otros… seguir juntos un rato más…

Es, sin lugar a dudas, una prioridad absoluta antes de llevar a cabo cualquier acción ahondar en nuestro personal posicionamiento frente al tema de la vejez. La propia, aunque esta se halle lejana, y la ajena, aquella que es marca diferencial de la población a la que vamos a enfrentarnos.

Es innegable el privilegio de compartir con los viejos la experiencia del mutuo crecimiento.
Es en la inteligencia de este hecho que como docentes deberíamos dejar de lado totalmente la idea de perfectibilidad del modelo de movimiento, renunciando a ser uno mismo el modelo a imitar…
Es así que, propiciando la paulatina autonomía, llegaremos a la vivencia de nuestro genuino movimiento por descubrimiento y exploración conciente del propio cuerpo.

Prof. Teresa Giraldes
Lic. Mariano Bacchi

¿Cuerpos salvajes ó cuerpos domesticados ?

La revista “Cuerpo y Mente en el Deporte” me pidió que escribiese un artículo que tratase sobre la incidencia de la crisis nacional y global que atravesamos, sobre las prácticas corporales que se realizan en los gimnasios. Esto es lo que les envié.


Resulta una obviedad señalar que, en época de crisis, el cambio en el “humor social” se hace evidente. Todos podemos percibirlo. Por eso, ante la consulta de “Cuerpo y Mente”, habría que tratar de evitar los juicios apresurados.
Si pese a todo, se abandona la reflexión sosegada, se puede caer en la tentación de contestar que sí, que ellas, las prácticas corporales que se realizan en ámbitos caracterizados por un servicio que se demanda y se presta, se verán afectadas. ¿ Un ejemplo? Cada siete años- tiempo que tardan en repetirse las crisis económicas y sociales argentinas- la actividad de la mayoría de los gimnasios merma.
Disminuye en aquellos que se manejan con la lógica del consumo. Gimnasios que complacen a sus clientes y sus deseos, que intentan generar deseos nuevos, que no vacilan en ofrecer sus propuestas pensando en consumidores que compran un producto en el gimnasio de la misma manera que lo hacen en la góndola del supermercado: ponen en el changuito unos glúteos bien duros, unos bíceps hipertrofiados, un abdomen chato. Para estos gimnasios, el marketing estratégico es crucial. Hablan de fidelización del cliente y llevan controles de la cantidad de meses que cada usuario concurre. (Antes de la crisis, un gimnasio top de La Plata, mostraba estadísticas catastróficas: un mes de permanencia por año, de promedio. Otras investigaciones argentinas muestran números más alentadores) .
Lo que está pasando con el consumo en la Argentina está a la vista. Ha descendido de manera notable. En consecuencia aquellos gimnasios cuya filosofía es ofrecer un producto para ser consumido, harán bien en preocuparse.
Otra de las preguntas de la revista rezaba:

¿ Qué resultados puede esperar una persona que interrumpe sus prácticas corporales?

Parece claro que la respuesta es una: nefastos. Sin embargo habría que enfocar este interrogante, nuevamente, desde otro ángulo. Veamos un poco: una inmensa cantidad de argentinos se preocupa por su cuerpo con el mismo concepto que usa para iniciar una dieta para bajar de peso. Es decir, con el criterio de algo que comienza y termina.
Empiezan cuando se comienzan a sacar la ropa por la llegada de los calores y la terminan al irse de vacaciones. Huelga decir que tal procedimiento no tiene amparo.
Ni en un caso ni en el otro desarrolla un habito, que signifique comprensión de la importancia de lo corporal como parte de su cultura. Hábito de tal trascendencia personal , que lo lleva a ejercitarse corporalmente y comer -sin suicidarse- durante toda la vida. Habría que pensar entonces en la necesidad de un alguien que transmita para que otros “in corporen” ( se haga cuerpo), un bien de la cultura. Que signifique que cada uno pueda construir un proyecto autogestivo de su propio cuerpo que dure toda la vida. Tal proyecto implica:
a. Prácticas corporales significativas durante toda la vida
b. Alimentación de calidad en aquellos que se pueden dar el lujo de que sea suficiente.
c. Comprender el valor inmenso de aprender a cuidar de sí mismo.
d. Aprender a dejar entrar al otro en el uno. La marcha individualista de las sociedades atenta contra este propósito. Las prácticas corporales no deberían ser prácticas narcisistas y aisladas. Estamos más conectados que nunca de manera virtual y , al mismo tiempo, más desconectados que nunca en los vínculos interpersonales. Habría que pensar entonces, nuestras maneras de pensar lo corporal. Puede llevarnos a conclusiones interesantes. Por ejemplo a aceptar que un cuerpo es, necesariamente, un cuerpo entre otros cuerpos. Este punto tiene que ver con la salud emocional.
e. Tener proyectos y mantener vivos las devociones, los gustos, las pasiones. Uno es tan viejo como sus recuerdos y tan joven como sus proyectos.
Interpreto que un gimnasio o cualquier maestro del cuerpo capaz de transmitir estos conceptos, no se verá afectado por la recesión de la misma manera que aquellos que siguen la lógica de una sociedad de consumidores. Es que habrán enseñado el valor de establecer una relación más inteligente con el propio cuerpo. Dado que mi cuerpo es... la relación que logro establecer con él. Y una vez que la establecí quiero mantenerla, porque yo soy lo que es mi cuerpo.
Si nos olvidamos de las interpretaciones orientales por un momento, podemos decir que las crisis son también momentos de decisión. En tiempos como los actuales, la decisión que debemos tomar aquellos que nos consideramos pensadores de la cultura corporal, ( que a veces debe convertirse en una verdadera contracultura habido cuenta de la estupidización progresiva de los cuerpos que suelen proponerse), consiste en tener claro si lo que ofrezco tiene más que ver con alcanzar el placer por moverse, aprender y relacionarse con otros que mora en cuerpos, en cierto sentido, salvajes o cuerpos domesticados, útiles socialmente, los cuales a medida que aumentan su valor económico disminuyen su valor político.


Mariano Giraldes.

martes, 25 de noviembre de 2008

CONGRESO DE OBESIDAD

En este mes de Noviembre se realizó en Rosario el VII Congreso de Obesidad y Trastornos Alimentarios. En medio de tanta información contradictoria que circula sobre el tema, las conclusiones que sintetizamos destruyen unos cuantos mitos y ayudan a revisar anteriores opiniones científicas.
CONCLUSIONES DEL VII CONGRESO DE OBESIDAD Y TRASTORNOS ALIMENTARIOS.

1. Se entienden cada día mejor los complicados mecanismos de hormonas y neuro- trasmisores que gobiernan nuestros impulsos alimentarios. De ese conocimiento surgen las explicaciones sobre conductas personales que hacen saltar la balanza.
2. Muchos alimentos prohibidos- como la carne de cerdo- podrían no serlo tanto y otros que consumimos con la conciencia tranquila, se han convertido en prohibidos.
3. Si uno se alimentara como en la época de las cavernas, con plantas, frutas y carnes silvestres, no se producirían las conocidas compulsiones por comer.
4. La comida procesada, con altos contenidos de hidratos de carbono y grasas, generan interacciones químicas que son desconocidas para el organismo y “enloquecen” los mecanismos del hambre y de la saciedad.
5. Así, el cuerpo se transforma en un avaro, que pese a que vive en la abundancia, sigue reclamando más y más comida.

¿ QUÉ HAY QUE HACER?

· No hay que restringir la cantidad sino la calidad alimentaria. Hay que dejar de entrar en contacto con los alimentos que perturban. Un esquema terapéutico razonable es aquel que intenta eliminar esas comidas que disparan conductas impulsivas y reemplazarlas por cantidades más libres de alimentos “paleolíticos”, aquellos primeros interlocutores de nuestros genes que aseguraron nuestra vida. Se puede comer todos los tipos de carnes magras hasta quedar saciado. Pero hay que reemplazar las harinas por opciones que pueden ser rollitos de jamón cocido magro y queso, que también son buena fuente de calcio. También se pueden comer frutas y verduras que contienen algunos carbohidratos, en cantidades limitadas.
· Cuando se aprende a manejar la adicción alimentaria que generan los hidratos de carbono, se puede ir incorporando más alimentos.
Lo que más hace bajar de peso es la restricción calórica. Pero si se tiene en cuenta que la mayoría de las personas excedidas de peso, lo recuperan en poco tiempo, la actividad física es clave. Y lo es porque el metabolismo se hace más efectivo. Un músculo entrenado absorbe el 80 % de la glucosa, mientras que un músculo no entrenado desviará el 80 % de la glucosa hacia el tejido adiposo. Se invierte así el patrón de utilización de los azúcares.

ALGUNAS RECOMENDACIONES NOVEDOSAS....

1. No todas las formas de cocinar los alimentos produce los mismos efectos. Cuando superamos los 140 o 150 grados, durante unos quince minutos, se forman productos de glicación avanzada (proceso de endulzar anormalmente las proteínas). Las altas temperaturas generan una costra que despierta mecanismos de inflamación del tejido adiposo y resistencia a la insulina, que es la hormona que le permite a las células disponer de la glucosa. Por eso, se recomiendan cocciones lentas y a bajas temperaturas.
2. Hay alimentos que, por su propia composición tienen productos de glicación, como las grasas, la crema de leche, la manteca y las sometidas a frituras.
3. La flora intestinal cumple un importante papel en el descenso de peso, que se está investigando. Se sabe, por ejemplo, que la de los obesos es distinta de la de los delgados.
4. Cuando se baja de peso, el organismo pone en marcha estrategias para ahorrar energía porque no quiere desnutrirse. Además, cuando hacemos dieta, bajamos nuestra masa muscular, que es el tejido que- como vimos- gasta el 80 % de las calorías. Una nueva razón para hacer actividad física. No para bajar de peso como muchas veces se cree, sino para mantener la masa muscular. Por eso, muchas veces, no se advierte en la balanza el tratamiento que se está haciendo, sino en el cinturón: el músculo pesa más que la grasa pero mide menos.
5. El sabor dulce de los edulcorantes y del azúcar produce los mismos efectos: activar los mecanismos hedonistas del placer, independientemente de cuántas calorías tienen. Por eso hay que ser cuidadoso con su uso. Predisponen a comerse TODO el chocolate.
6. Se ha comenzado a descubrir todo lo que produce el tracto intestinal después de que recibe los alimentos. Algunas sustancias le van indicando al cerebro que no necesita seguir comiendo. Sí, basados en esos estudios de biología molecular, cada persona aprende a controlar el tamaño de la porción que come, se habrá dado en gran paso en el control de esa epidemia que es la obesidad.

Fuente: Diario La Nación, 09/11/08

jueves, 30 de octubre de 2008

PILDORITA

( A partir de hoy, con el nombre de “pildorita”, presentaré algunas observaciones, sugerencias, aprobaciones, rechazos, dudas o comentarios. Ideas o conceptos, en suma, que puedan servir para agudizar la mirada que echamos sobre la realidad.)

El juego deportivo y el deporte, pueden ser excelentes recursos pedagógicos al servicio de una educación corporal que no se agote en lo meramente técnico. Sólo hace falta que los interpretemos adecuadamente.

¿Qué podría hacerse? Sugiero darle un rotundo NO a unos cuantos procedimientos de enseñanza muy extendidos y un gran SI a otras alternativas enriquecedoras. Veamos un poco:

* Hay que decirle no al aprendizaje deportivo tradicional, muy especializado. Aquel que con su discurso y su proceder didáctico está claramente declamando que el juego deportivo, en edad escolar, no es otra cosa más que la antesala del “verdadero” deporte que viene después.
* Hay que decirle no a la pedagogía del modelo técnico, basado en el gesto del campeón. Y aceptar que en la mencionada edad escolar y en cualquier lugar de desempeño, podemos inventar y reinventar la enseñanza con el procedimiento que se nos de la gana. Siempre que respetemos el deseo de jugar de los chicos y no lo ahoguemos con reglas prematuras y, sobre todo, con la “seriedad” de la mirada del adulto.
* Hay que decirle no al aprendizaje de las técnicas deportivas, conseguido a través de bien pensadas metodologías, consideradas la única vía de acceso al dominio del juego.
* Hay que decirle no a la suposición de que la repetición mecánica y la automatización son claves. No hace falta, en cambio la espontaneidad, ni la libertad corporal o lúdica.
* Hay que decirle no a ciertas convicciones sobre la enseñanza del juego deportivo, como base del aprendizaje de los deportes. Por ejemplo:
a) Las renovaciones pedagógicas no tienen nada que ver con el deporte. El deporte se enseña y se aprende siempre de la misma manera.
b) El alumno debe adaptarse al deporte y no el deporte al alumno.
c) Los deportes no tienen ninguna relación entre ellos. No hay principios comunes organizadores de su didáctica.
d) Los padres hacen su aporte genético y allí termina su función. No son fundamentales en al aprendizaje de sus hijos de mil maneras distintas. Ni tampoco hace falta explicarles las implicancias emocionales de la competencia en los chicos y lo negativo de ciertas actitudes de los adultos.
e) Disciplina y sumisión son valores sociales. Sin ellos, no hay sistema, trabajo ni éxito posible. Hace falta seriedad, organización, orden y método. En el único lugar que el éxito aparece primero que estas cuatro últimas palabras es en el diccionario, suelen decir los defensores de estas duras estrategias.
f) En la competencia, el inteligente es el capitán, que cumple órdenes del entrenador que es el más inteligente de todos. No hace falta que todos los chicos aprendan la lógica del juego que es la base del pensamiento táctico.

En cambio:
* Hay que decirle sí a la unidad de cada juego deportivo y de cada deporte. Pero también hay que aceptar la maravillosa diversidad de ese universo. No deberíamos desperdiciar ninguna oportunidad de enseñarla. Ya habrá tiempo de elegir, focalizar y especializar. Esa apertura hacia lo diverso y variado, posibilitará en los chicos, una riqueza motora que será la llave de acceso a los mejores desempeños individuales. Limitados sólo por los aspectos genéticos, culturales, históricos, familiares y sociales. Ciertamente se alejará el fantasma de la torpeza motriz, originada en una propuesta didáctica mal concebida.
* Hay que decirle sí a la ética del juego limpio, en el marco del respeto a la regla, a uno mismo, a los compañeros y los circunstanciales adversarios de juego. Y también sí a la estética encerrada en cada gesto deportivo, gimnástico o de la danza. Lo que significa aumentar la percepción. Vale la pena recordar que, precisamente, el arte trata de eso: de aumentar la percepción.
* Hay que decirle si, al menos para su análisis crítico, a la gran cantidad de prácticas corporales de todo tipo que han surgido en los últimos años. Por ejemplo, los llamados new-games (nuevos juegos), las practicas corporales de aventura en la naturaleza, los antiguos juegos o artes marciales que se fueron transformando en deportes, como el Acro sport, el Tae Kwon Do, la arquería o el tiro y otras igualmente antiguas formas de gimnasia, convertidas en deportivas, como el Yoga o la gimnasia acrobática. Una especial mención merecen los deportes extremos, también en auge, probablemente como reflejo de una sociedad que siente que vive en peligro e inseguridad. Y digo que merecen una especial mención porque, en tanto que maestros del cuerpo, la auto preservación corporal, el cuidado de uno mismo, son aspectos de intervención imprescindible. También merecen particvular consideración todas aquellas prácticas corporales propias de las culturas juveniles, que suelen realizar en calles, parques y plazas, apropiándose de ellas como el Parkour.( Una especie de carrera de obstáculos realizado en esos lugares aprovechando todo tipo de construcciones y elementos para ser sorteados, saltados o escalados).
* Hay que decirle sí a la certidumbre de actividades que permiten, antes de la ejecución, gran programación previa como la gimnasia artística o la rítmica deportiva; pero también sí a la incertidumbre de deportes tales como el básquetbol, el rugby o el fútbol.
* Hay que decirle sí al desafío del enfrentamiento energético propio de las distintas pruebas del atletismo. Pero también sí a las emociones de los deslizamientos, como en el ski y el patinaje. O los vuelos como en los saltos ornamentales y la gimnasia acrobática.
Mariano Giraldes






martes, 21 de octubre de 2008

Acerca de un Blog

Al comenzar el blog les comentaba sus objetivos que sigo manteniendo. Sin embargo, creo que podríamos enriquecerlo, aprovechando algunas alternativas que ofrecen las llamadas redes sociales tales como Facebook, Second Life o My Space.
Pienso que establecer una red de confianza en torno de uno o más temas de interés profesional y personal, puede transformarse en un ejercicio de descubrimiento y contacto que amplía la mirada que podemos dirigir sobre la Educación Física y el Deporte.
Además, el lado obscuro de las redes, aquello que no se ve, un Blog puede evitarlo. Es que las redes representan enormes bases de datos, aptas para ser usadas con fines comerciales. Por lo que las mismas, frecuentemente, incentivan a los usuarios a completar información personal, para poder disponer de perfiles más completos.
Participar más o menos activamente de un blog, puede dar respuesta rápida a las múltiples demandas que plantea el mundo de las actividades corporales, mundo en constante expansión que requiere aprendizaje y reflexión crítica permanente.

Mariano Giraldes

jueves, 16 de octubre de 2008

Educar sin culpa

En todo proyecto educativo, concebido para ayudar a niños y adolescentes en el proyecto de construirse como personas, la trilogía constituida por los maestros, los padres y los alumnos, requiere de un ajustado funcionamiento. Sin embargo, el debilitamiento del Estado y del resto de las instituciones, con la familia y la escuela incluidas, dificulta tal ajuste. El vértice que más parece haberse deteriorado es el de los padres.
En muchos casos, ellos han resignado su rol de tales. No se animan a ejercer la autoridad y piden a la escuela que ejerza un mayor control sobre sus hijos, a los que consideran descarriados. Lo que significa, ni más ni menos, que no se animan a ejercer su autoridad y piden que lo haga el Estado. Dicho de otra manera, le están dando permiso al mismo para que se meta en sus casas. Este fenómeno se advierte no sólo en Latinoamérica, sino también en Europa y los Estados Unidos.
El discurso progre
Por una serie de razones enraizadas en nuestra historia reciente, se ha extendido un discurso aparentemente progresista, que ha llevado a olvidar algunas cuestiones fundamentales. Por ejemplo, que la familia no está pensada para ser democrática. Debe funcionar como un ámbito de autoridad, en el cual los padres establecen los valores primarios.
Sin embargo, muchos de ellos, se niegan a tal ejercicio, frecuentemente por alguna de éstas razones:
  • La generación actual de padres vivieron peleándose con sus propios padres autoritarios. Se prometieron entonces a sí mismos ser más permisivos y “compinches” de sus hijos. El resultado es que hoy, a la hora de ejercer la autoridad, no lo hacen y se han convertido en no padres.
  • Sienten más culpas de las que deberían porque se separaron, porque trabajan mucho y están poco con sus hijos o porque no les compran todo lo que sus hijos demandan. (Lo que en una sociedad de consumidores puede ser muy sano).
  • Los adultos se han identificado con los jóvenes. Los imitan, inclusive, en sus maneras de vestirse, hablar y divertirse. Antes, las madres de chicas de 16 años estaban vestidas de madres y funcionaban con lógicas de madres. Y las adolescentes funcionaban con lógica de adolescentes. O sea: se pasaban el día frente al espejo produciéndose o apretándose los barritos. Ahora hay dos mujeres frente al espejo, preparándose para correr dos carreras semejantes.

¿Cómo puede pelearse un chico con un padre o una madre que busca ser cada vez más parecido a él? Hay que recordar que peleando con los padres construye el límite. Lo que sucede es que muchos padres olvidan es que los límites hacen falta para crecer. Y posiblemente ignoran que para construir una sociedad democrática , primero hay que tener la idea de ley bien construida. Y eso se aprende en casa.

Es cierto que algunas corrientes del psicoanálisis, se manifiestan en contra de los límites. Argumentan, con razón, de que ante el límite impuesto por los adultos, a los adolescentes sólo les resta someterse o transgredir. Sin embargo, existe otra posibilidad: construir un acuerdo acerca de esos límites.

¿Que habrán pensado acerca de los límites y los necesarios ¡NO! que requieren los hijos, los padres de esos chicos de 17 años, del colegio Cardenal Newman, que murieron hace poco tiempo atrás, en un accidente de auto en la Panamericana?. El accidente se produjo por exceso de velocidad, cuando volvían de bailar, conduciendo un auto de alta gama, que les había prestado uno de los padres.

Decir que nada es como antes es una obviedad. Sin embargo, creo que la escuela no está para ordenar, vigilar y castigar. Ni los maestros deben dedicarse a ver si los chicos tienen piojos. Creo que hay que volver a pactar con los padres. Aun cuando estos vivan en situaciones límites, saben que la escuela es una de las pocas posibilidades que una sociedad injusta y desigual va a ofrecerles a sus hijos. Por lo tanto deben comprometerse a que el chico venga abrigado- ni siquiera digo bien comido- con el pelo limpio, con la noción de que tiene que respetar un espacio de orden, donde va a recibir directivas que deberá escuchar y obedecer. Y ellos mismos deben garantizar que van a concurrir a la escuela cuando sean citados. Insisto: la escuela debe acordar ciertas reglas mínimas con los padres y si no están dispuestos, no se inscribe al chico.

Tales afirmaciones no tienen nada que ver con el autoritarismo. Tienen que ver con que el maestro y la misma escuela necesitan ciertas condiciones mínimas para poder contener a los chicos y educar sin culpa.

Mariano Giraldes

viernes, 19 de septiembre de 2008

Nuevos contextos, nuevos discursos, prácticas renovadas


Por Mariano Giraldes

Todo discurso que se refiera a la Educación Física, a la gimnasia o a cualquier otra cosa, interpreta, concibe, ordena y clasifica pretendiendo una verosimilitud lógica. Precisamente por eso, suele tener suficiente fuerza como para lograr que esa interpretación ayude a mejorar la percepción social de esa disciplina, colabore en la estructura de significaciones que posee y ayude a llevar adelante prácticas más sólidas y significativas tanto para el que aprende como para el que enseña.
Dado que parece evidente que somos ineficientes a la hora de planear, conducir y evaluar esa práctica relativamente intencionada sobre el cuerpo que ha dado en llamarse Educación Física, será cuestión de intentar un discurso capaz de mejorar nuestras prácticas, en el marco de demandas sociales y culturales que han cambiado profundamente.

¿Qué hace falta para ello?
Ya hemos aceptado que todo discurso, interpreta. No debería tener pretensiones de verdad (inclusive la verdad científica merece ponerse en duda), pero interpreta. De manera que puede haber otras interpretaciones y pueden elegirse otros abordajes. Pero todos deben ser capaces de ayudar a reflexionar críticamente. Entre otras cosas, sobre la permanencia de tradicionales discursos, por ejemplo los llamados fundacionales, de perdurable presencia en nuestro campo. Sugiero que para mejorar nuestras prácticas hace falta:

1. Un conocimiento específico de la materia que va a enseñarse: Sin duda son imprescindibles aquellos saberes propios de la Educación Física, a cuya búsqueda se han dedicado tantos -entre los que me incluyo- a lo largo de nuestra corta historia como materia escolar primero y como disciplina académica después. Habrá entonces que entrar en diálogo con otras ciencias, disciplinas y teorías; desde un lugar propio y sin dejarse tentar -tal como he expresado otras veces- por tocar de oído en instrumentos prestados.
2. Revisar las actuales estructuras de significado. Lo que implica preguntarse ¿Para qué sirve la Educación Física hoy? ¿A qué se dedica en realidad? ¿A qué cuerpo hace referencia cuando habla de cuerpo?¿Al cuerpo–arte de tatuajes y piercings?¿Al cuerpo-salud y belleza, de tanto vigencia, ayer y hoy en la Educación Física?¿Al cuerpo relacional? ¿Al cuerpo apto para el rendimiento deportivo? ¿Al cuerpo como objeto de consumo? ¿Bajo qué lógicas trata ese cuerpo? ¿Es una materia devaluada en el concepto de los alumnos, de los padres y de los otros maestros o goza de general aceptación?:
3. Aceptar que una educación corporal también se transforma en imprescindible por sus aportes al mundo del conocimiento de las prácticas corporales. Mundo esencialmente complejo, intermediado por la ciencia, las ideologías políticas, los intereses económicos y los medios de comunicación.
Las sociedades actuales, que transitan una etapa llamada posmodernidad o modernidad tardía, han entrado en la lógica de las sociedades de consumo. Inevitablemente, las concepciones sobre el cuerpo son influenciadas por tal lógica. Por lo tanto, todo intento de educación corporal debe, frecuentemente, actuar como una contracultura. Tendrá que mostrarse capaz de rechazar propuestas corporales ofrecidas como mercancías, negarse a aceptar que el cuerpo se transforme en el más bello objeto de consumo, esclarecer y proponer alternativas desafiantes, placenteras, renovadoras. En síntesis: ayudar a pensar nuevas maneras de pensar la corporalidad.
Es que la crisis de la modernidad, que se hace evidente a partir de los años setenta, surge con la pérdida de la credibilidad en las teorías sobre el progreso, con el declinar de los relatos filosóficos y religiosos; por el desencanto, en definitiva, ante nociones como la razón, la historia, el progreso o la emancipación. Los grandes relatos son reemplazados por pequeños relatos tales como la moda, el hedonismo, el culto al cuerpo, el individualismo exacerbado, la adicción por las pantallas, el estar comunicados, y las relaciones amorosas con escaso compromiso.
En lo que respecta a la construcción social de los modelos corporales, la apariencia lo es todo. Proliferan las éticas fundadas en la estética. En las sociedades modernas, los cuidados de la apariencia corporal, indicaban un nuevo estilo de vida y no se difundieron por igual. Significaron un signo de distinción que informaba sobre el grado de riqueza, posición, género, religión, edad, etc. En las sociedades posmodernas puede decirse que se produce un proceso de democratización corporal; cada vez nos identificamos más con esta posesión, nuestro cuerpo, que nos representa y que se convierte en verdadero objeto de culto.
Con todo, nada nos aleja de la construcción de un cuerpo productivo, disciplinado socialmente por un camino algo diferente al señalado por Foucault, pero disciplinado al fin, dócil a dictados ajenos. El nuevo narcisismo hedonista, con el que identificamos el culto al cuerpo marcha también en busca de la excelencia, donde todo signo físico, forma, apariencia, porte postura, moda, nos implica en un juego simbólico hipercompetitivo. La ética de la proeza, del desafío personal, la superación de límites, el riesgo dibuja a la perfección la estética de los comportamientos.
Ante tanta incertidumbre viene bien enseñar que lo corporal es una certeza dentro de un mundo difícil de aprehender. El cuerpo es la inevitable presencia desde la que se opera toda percepción de la realidad.
Se abre para los maestros del cuerpo un comprometido territorio de intervención social, nada parecido al paradigma técnico, que asignaba a la Educación Física, como función más importante, el enseñar las habilidades motrices. El tema -tal como siempre ha sido- es: ¿A quiénes? ¿Cuáles? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Con qué? ¿Partiendo desde dónde? ¿En qué contextos? ¿Qué estrategias de intervención? Sólo que hoy tales preguntas deben ser resignificadas, dado los nuevos contextos sociales y culturales en los que se desarrollan nuestras prácticas. En eso estamos.

4.Ayudar a que los aprendices abandonen las razones de los otros (inclusive las nuestras), que los impulsan y les recomiendan hacer “actividad física”. Habrán de encontrar nuevos y personales argumentos que los impulsen a la búsqueda de un camino, que al ser transitado llevará a una relación más inteligente y significativa con el propio cuerpo. Relación ésta que debería durar toda la vida.
Lo malo es que es imposible dedicarse a esta tarea de imaginar nuevos escenarios de práctica de la Educación Física en la Escuela o de inserción de los maestros del cuerpo, en cualquier lugar de desempeño sin:
* Reconocer las historias que atravesaron y atraviesan las instituciones- del Estado para abajo- los contextos de crisis que no son la excepción sino la regla, la existencia de nuevos y cada vez más dramáticos problemas familiares, sociales y económicos.
Para un profesor de Educación Física, formado en un profesorado en el cual, como decía, sigue predominando el paradigma técnico,(pienso en este momento el caso de muchas cátedras de gimnasia) tales situaciones suelen superar sus saberes y representaciones acerca del rol profesional.

* Comprender que el discurso pedagógico contemporáneo, se ha hecho eco de esa realidad social y ha afianzado y posibilitado la existencia de enfoques y teorías que le resuenan extrañas.
Es que muchos han creído, ingenuamente, el extendido argumento de que “encargarse del cuerpo” es sencillo, dado que a todos los chicos les encanta jugar y practicar deportes.
Estas teorías, enfrentadas muchas veces, introducen de manera diferente las vinculaciones entre la escuela, el conocimiento y el poder. Pero todas ellas resaltan la importancia de lo político en el acontecer educativo. Entre tanto, y para mayor desconcierto de muchos de nosotros que todavía suponemos que los chicos vendrán a la escuela dispuestos a aprender, limpios y bien alimentados, nos encontramos con que la infancia tradicional se ha transformado en un tema de evocación y nostalgia. Hoy, la generación de chicos que están solos en sus casas, cocinan, prenden el televisor o la computadora no es patrimonio de las clases populares. La televisión y los juegos de computadora les permiten pasar el tiempo en que están solos. Esta soledad, esta ausencia de padres, es una realidad cotidiana de la infancia de comienzos del siglo.
Las prácticas de la Educación Física sólo pueden ser entendidas y propuestas en el marco de estos nuevos contextos sociales y culturales. No sorprende entonces la demanda que hacen los padres a las instituciones, conscientes en muchos casos, que han dejado a sus hijos en soledad, “que son padres vivos de hijos huérfanos”. Esa comprensión y consiguiente culpa, puede ser la matriz de la violencia que suelen mostrar muchos de ellos con los maestros de sus propios hijos.
Será cuestión de reconocer el pesimismo instalado en las escuelas que no logran hacer pie frente a las complejas e inequitativas realidades que paralizan toda propuesta de acción.
Que nosotros, los profesores de Educación Física, consideremos que en nuestra clase “está todo bien”, porque los chicos están contentos y entretenidos, nunca fue una buena justificación de nuestra intervención. Menos ahora. Tenemos que reconocer el funcionamiento cotidiano de las escuelas, atravesadas por esas realidades descriptas y deberíamos abocarnos a construir una real educación corporal, en la cual, la gimnasia, el juego, los juegos deportivos, las prácticas corporales en la Naturaleza y los deportes, sean motivo no sólo de enseñanza técnica, sino tema de confrontación, análisis y crítica de la vida cotidiana, tan atravesada, como dijimos, por todo lo referido a lo corporal, en sus distintas manifestaciones.

PUNTO CLAVE: Se requiere urgente un renovado perfil de maestros del cuerpo capaces de elaborar de manera constante, nuevas prácticas más humanas y solidarias.