Casi todos nosotros estamos familiarizados con los disciplinamientos y dominaciones que con la excusa de la racionalidad científica se ejercitaron sobre los cuerpos. Pero no es eso sobre lo que quiero reflexionar hoy, sino sobre el esquema rector que guiaba las dispersas propuestas corporales que se hicieron a partir de mediados del siglo XVIII. Se basaban en tres puntos nada dispersos. Veamos:
1. Actividades que suponían fatiga extrema, de gran intensidad provenientes de diversos lugares del mundo de las necesidades físicas de esa época.
2. Presentación precisa de las mismas, con explicaciones de los desempeños deseados apelando a fundamentaciones científicas.
3. Repetición de esos desempeños técnicos en forma prolongada y monótona, de manera que actúen como refuerzo de los aprendizajes.
Vale la pena preguntarse... ¿Han cambiado mucho los modelos de clases de Educación Física en los últimos 258 años?
Mariano Giraldes
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