El ejercicio no contrarresta los efectos de fumar
Con la fuerza de los mitos, suele suponerse que si se va dos veces por semana al gimnasio o se trota en la plaza, se controlan los daños que produce el cigarrillo. Es un craso error. Tabaquismo y actividad física, reunidos, lo único que consiguen es poner en riesgo el corazón y los pulmones.
La lista de problemas de rápida aparición que provocan, durante el ejercicio, los residuos del monóxido de carbono incluye desde broncoespasmos y falta de oxigenación suficiente de los tejidos, hasta la aceleración exagerada y peligrosa de los latidos cardíacos y la respiración para la actividad que se realiza. Sucede que entre los efectos del monóxido de carbono se encuentra el restarles a los glóbulos rojos el 15 % de su capacidad de transportar oxígeno por el organismo.
Esto puede lesionar el corazón y afectar el sistema circulatorio. Y es un factor causal del aumento del riesgo de enfermedad coronaria en los fumadores.
Para el doctor César Di Gaiano, presidente de la Unión Antitabáquica Argentina, la utilidad del ejercicio para reducir los efectos nocivos del tabaquismo es uno de los “falsos conceptos” que se instalan en la sociedad, “porque carecemos de normas claras de salud pública que la preserven”. La Argentina no ratificó aún el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el control del tabaco.
“Fumar es uno de los diez factores de riesgo cardiovascular, pero hacer ejercicio no hará que disminuyan sus efectos sobre la salud. Hay que dejar de fumar y hacerse los estudios indicados. Precisó Di Giano-. Este tipo de falsas asociaciones no hacen más que confundir a la población y reforzar la adicción”.
Fuente: Diario La Nación 14/02/08
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