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miércoles, 24 de abril de 2013

El Clima Cultural de una época




H. Arendt, percibía lo político como un espacio de libertad y deliberación pública. Otros, en nuestros días sobretodo, lo consideran un espacio de poder, conflicto y antagonismo.
Es un buen ejercicio, tratar de ubicar en una u otra categoría, a cada gobierno o propuesta política  que se sucede en la Argentina. Podría evitarnos cometer más de un error; sobre todo en tiempos electorales.  
Estas diferentes posiciones ideológicas se deben a que el clima intelectual y cultural  de esta época permite marchar tanto hacia una dirección como hacia la otra. Lo demás es cuestión de elección. Sólo que al elegir, inclusive al elegir como simple ciudadano de a pie, hay que recordar que todo orden es político, hasta el que queremos mantener en nuestra propia casa. Y se basa siempre en alguna forma de exclusión. Lo que significa que algunas cosas está permitido hacer y otras, no.
De manera que más temprano que tarde, como ciudadanos, tenemos que decidir cuanta exclusión por parte del poder político de turno es lógico que soportemos, en una sociedad democrática.

Vidas con Sentido




Si queremos vidas largas, con un poco de suerte genética, alimentación razonable, ejercicio y la ayuda de la ciencia, podemos lograrlo. Pero... ¿Largas, para qué?
Para muchos la respuesta puede consistir en lograr poder, dinero, reconocimiento social, éxito, acumular objetos o saberes e, inclusive, seguridad. En proporciones difíciles de precisar, tales cosas son admisibles, sobretodo en Occidente. El asunto es que suelen convertirse en fines en sí mismos y no en medios para alcanzar una vida significativa.
(Sentido y significado difieren entre sí. Lo significativo para cada uno de nosotros aparece cuando le podemos encontrar un sentido que identificamos bien, a todo lo que hacemos).
De manera que el desafío consiste en construirse- y ayudar a construir a otros- un mundo pleno de sentidos identificados. No estamos pintados: para algo somos maestros, padres o, sencillamente, ciudadanos.
Preguntémoslo otra vez y de manera ligeramente diferente... ¿qué es vivir? ¿Cuáles son las cosas de veras preciadas y necesarias? Arriesguemos algunas respuestas: la amistad y su cultivo, las aficiones creativas, el tiempo para la charla y la comunicación con los seres queridos, la atención a la salud corporal y espiritual, el desarrollo del potencial emocional e intelectual.