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jueves, 31 de enero de 2008

La aprobación de los otros

Una permanente fuente de sufrimiento para muchos, se origina en el conflicto entre la imagen de prestigio que quieren dar para ser aprobados por los otros y lo que verdaderamente sienten, quieren y desean. Si uno solo quiere verse en el espejo de la mirada del otro, al que se trata de seducir, desaparece como sujeto porque lo único que le importa es el reflejo. No deja de ser igualmente trágico el hecho de que el otro, en realidad, tampoco está. Del otro lo que se busca es su aprobación. Este fenómeno, de clave narcisista (Narciso ama a su imagen, por eso muere al caer atrapado por ella), se advierte muy bien en las sociedades contemporáneas: la obsesión por el poder de cautivar a través de la imagen, de construir una imagen para obtener consenso, aprobación. De esa manera lo que se consigue es una disociación entre la imagen que se propone para que sea “comprada”, y lo que verdaderamente se es o se hace.
Mariano Giraldes

Quienes hacen actividad física envejecen menos

Su decaimiento biológico puede retardarse 10 años
Estudio inglés en 2.400 mellizos
Llevar una vida físicamente activa no sólo ayuda a mantenerse sano, al reducir el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes, la hipertensión, la obesidad, la osteoporosis o los problemas cardiovasculares. Hacer deporte, ejercicio, bailar, caminar... en suma, evitar el sedentarismo, ha demostrado ser un excelente aliado para afrontar el paso de los años.
Un estudio inglés realizado en 2.400 mellizos, cuyos resultados acaban de ser dados a conocer por la revista Archives of Internal Medicine, muestra que el sedentarismo acelera el proceso de envejecimiento, a tal punto que las personas estudiadas que realizaban más actividad física en su tiempo libre resultaron ser biológicamente diez años más jóvenes que las personas más sedentarias.
"Una vida sedentaria incrementa la propensión a padecer enfermedades asociadas con el envejecimiento y con una muerte prematura", escribieron el doctor Tim D. Spector y sus colegas del King's College de Londres, Inglaterra, en las conclusiones de su estudio, en las que se analizan los efectos del sedentarismo sobre el envejecimiento celular y cómo esos efectos pueden ser prevenidos a través de un estilo de vida activo.
"La inactividad parece disminuir la expectativa de vida no sólo al predisponer a padecer enfermedades relacionadas con la edad, sino también porque parece influir sobre el mismo proceso de envejecimiento", agregaron los investigadores.
A esa conclusión llegaron tras estudiar a 2.400 hermanos mellizos que integran el St. Thomas UK Twin Registry, un registro de mellizos que incluye a 10.000 mellizos ingleses.
Spector y sus colegas de la Unidad de Investigación de Mellizos y de Epidemiología Genética del King's College extrajeron muestras de sangre de los voluntarios, a partir de cuyos glóbulos blancos obtuvieron el ADN necesario para realizar sus estudios.
La edad de las células
Los investigadores se centraron en el análisis de los telómeros: porciones de ADN que se encuentran en los extremos de los cromosomas y que se acortan cada vez que la célula se divide.
Cada año que pasa, los cromosomas pierden en promedio 21 de las unidades que conforman los telómeros, pero cuando éstos se vuelven extremadamente cortos, la célula que los alberga pierde la capacidad de dividirse.
Así, los telómeros resultan ser una suerte de reloj biológico que da cuenta de la edad de las células. La pregunta a responder a partir de su estudio fue: ¿llevar una vida físicamente activa o, por el contrario, sedentaria tiene algún impacto sobre la edad biológica de las células?
Para hallar una respuesta, los investigadores compararon el largo de los telómeros de los voluntarios según la cantidad de actividad física que realizaban en su tiempo libre.
Así, dividieron a los 2.400 mellizos según su nivel de actividad física semanal en cuatro grupos: inactivos (16 minutos de actividad física a la semana en promedio); poco activos (36 minutos); moderadamente activos (102 minutos); y muy activos (199 minutos).
"Nuestro hallazgo principal fue que las mujeres y los hombres que eran menos activos físicamente en su tiempo libre tenían telómeros más cortos que sus pares, independientemente de la edad", escribieron los autores en las conclusiones de su estudio.
"Los sujetos más activos tenían telómeros del mismo largo que individuos sedentarios hasta diez años más jóvenes, en promedio -agregaron los investigadores-. Esta diferencia sugiere que los sujetos inactivos quizá sean diez años más viejos biológicamente que los sujetos más activos".
Distintas formas del estrés
En estudios previos, Spector y sus colegas del King's College habían ya demostrado que la obesidad y el tabaquismo acortaban los telómeros en cantidades equivalentes a diez años.
Ahora, el desafío era explicar la asociación entre el sedentarismo y el acortamiento de los telómeros.
Previo al estudio, se sabía que: "El largo de los telómeros de los glóbulos blancos es menor en enfermedades que se asocian con un estrés oxidativo, como la enfermedad coronaria arterial, la diabetes mellitus, la insuficiencia cardíaca y la osteoporosis, y que es un predictor de infarto de miocardio temprano".
De ahí que los investigadores sostengan ahora que el largo mayor de los telómeros observado en los mellizos más activos se debe a que la actividad física "disminuye el impacto del estrés oxidativo" sobre las células. O, en otras palabras, que hacer actividad física protegería a las células de la acción de los radicales libres que aceleran su envejecimiento.
Otra hipótesis alternativa apela a los efectos del estrés, pero en este caso no el estrés celular causado por los radicales libres, sino el estrés psicológico.
"Es plausible que la relación entre la actividd física que se realiza en el tiempo libre y el largo de los telómeros esté mediada en parte por una reducción de los niveles de estrés psicológico inducida por el ejercicio", escribieron los investigadores.
En todos los casos, concluyeron los autores, "nuestros hallazgos subrayan la importancia de promover la práctica regular de ejercicio para retardar el envejecimiento y disminuir el riesgo de padecer enfermedades asociadas a la edad".
¿Cuánto ejercicio es necesario para obtener los citados beneficios? "Nuestros resultados destacan la importancia vital de las guías que recomiendan que realizar treinta minutos de actividad física de moderada intensidad, por lo menos cinco días a la semana, tiene efectos significativos sobre la salud".
Por Sebastián A. Ríos
De la Redacción de LA NACION

viernes, 25 de enero de 2008

El Humanismo Ayer y Hoy

“El hombre, aparentemente, no puede pararse maravillado frente a sí mismo, como un observador privilegiado de la vida detrás de sí, con la simple y humilde aceptación de lo que es”.

El hombre en acción. Un juego de sensibilidad y razón
Una mirada desde Friedrich Schiller
Introducción
La educación física actual, y mucho más la tradicional, responde en sus prácticas a un estilo más cercano a la coerción autoritaria que a la libertad racional de sus acciones. Su huella milicíaca ha dejado una impronta que aparece tan defendida por unos como detractada por otros. Pero ambas posiciones creen considerar que forman a sus profesionales con un sólido reconocimiento de los valores que la actividad física posee en la vida del ser humano, valores estos coincidentes con los de la educación en general, pero que en medio de las prácticas, son más declamados que visibles.
La simple relación de consignas dadas por el docente al estilo de órdenes orales de obediencia inmediata e indiscutibles de los alumnos, la frecuente presencia del fracaso asociado a la desobediencia corporal de lo esperado, el exitismo que premia el cumplimiento de las conductas motrices tal y como indican los modelos, la creatividad puesta al servicio de la eficiencia en el resultado del deporte y no del disfrute de la persona que así lo juega, la dificultad notable del encuentro del niño con las propias sensaciones corporales, la libertad observada como opciones circunscriptas por el adulto veedor, la dignidad restringida al valor del ganador ensalzando palabras como arrojo o valentía como sinónimo de soportar esfuerzos límites, etc. son algunas de las situaciones que la mayoría de las personas que han experimentado esta educación física pueden reconocer como reales.
Si bien esta disciplina pertenece al ámbito de la educación, “lo pedagógico” donde se valora lo humanístico como línea rectora, no ha germinado aún en las acciones educativas sin contradecirse en sus actos. Aún conociendo el peso del constructivismo en la educación, los valores de pedagogías como la Waldorf de Rudolf Steiner, no tan generalizadas pero funcionando en alrededor de 800 escuelas en el mundo desde hace ya 60 años, la educación física sigue regalando sus espacios a trabajos sobre la corporeidad, que han reconocido antes que ella los valores artísticos y terapéuticos además de pedagógicos. Estas miradas cada vez se encuentran más cerca de la verdadera concepción de lo humano en un estadio superior, y sin necesidad de declamarlo lo muestran en cada acto de una casi veneración de las actividades que proponen . Es probable que si fuesen reconocidas oficialmente declarándolas obligatorias para el sistema educativo, la educación física reaccionaría perdiendo su habitual soberbia y hasta su negligencia y acudiría con humildad a la búsqueda de esos saberes, o al menos, de su concepción de hombre. Sin embargo, mi idea no es remplazar a la educación física con las técnicas de las gimnasias blandas sino enriquecerla con una concepción más cercana a estas, en especial en lo que a cuidados del cuerpo como lo visible, palpable e inevitable del hombre, es.
Las ideas de Friedrich Schiller sobre el crecimiento de lo humano desde un estadio de existencia sensible a otro racional, privilegiando en ello al juego como el arte de armonizar la imaginación y el entendimiento, aparecen como claves para proponer una mirada diferente al planteo de esta disciplina intentando acercarla al disfrute de una libre elección de la vitalidad creadora.
La libertad de actuar y la necesidad de respetar normas responsable y voluntariamente para hacer de esa acción un acto de belleza, es una alternativa muy conocida en las rutinas de la gimnasia rítmica, pero que a través de la belleza de su expresión se busque al hombre plenamente humano y más aún, de carácter social, no es un concepto incorporado naturalmente en ellas. Y utilizo el término “incorporado”, de “in cuerpo”, entrado en el cuerpo, pues en la letra escrita siempre encontraremos generosos conceptos que nos convenzan que tales ideas… son realidades.
Y he aquí el nudo de la cuestión: una acción humana, planteada en la letra como tal, declamada en sus valores de socialización, de integración, de portadora de pacíficas relaciones comunitarias, con un alto componente de disfrute y considerada generadora de hábitos respetuosos de normas y reglas, en las prácticas se transforman en acciones casi opuestas. Y dice Schiller en su Carta IV, que el hombre puede contradecirse a sí mismo bajo dos maneras: como salvaje, cuando sus sentimientos dominan sobre sus principios y como bárbaro, cuando sus principios destruyen sus sentimientos. Y refuerza, en su Carta XXV cuando dice que
“La estupidez máxima y el entendimiento más elevado tienen entre sí cierta afinidad en el hecho de que ambas buscan lo real y son completamente insensibles a la simple apariencia”.
En las actividades gimnásticas con componentes expresivos, aún en las deportivas, como lo son las gimnasias Rítmica y la Artística, las características identificatorias giran en derredor de lo estético; sin embargo, la convicción incorporada sobre la supremacía de la valoración del resultado, detonan en sus practicantes la búsqueda de lo cuantitativo como en los deportes más masivos en los que se gana o se pierde por “tantos” o goles. Esto sucede aún, en estas gimnasias competitivas, cuyos objetivos se miden en logros de alta complejidad física y estética-expresiva, donde la originalidad es valorada con puntajes especialmente determinados en su reglamento llevando a sus entrenadores a incursionar en lo creativo; es en este panorama, que Schiller adquiere una vigencia que hoy considero pertinente.
El pensamiento de Friedrich Schiller
Considerando Schiller a la antigua Grecia como la etapa más niña de la humanidad, donde la vida transcurre en una armonía entre los hombres, los dioses y la naturaleza, cimentados en un ideal vivo en la comunidad y casi indiferenciados por su equitativa valoración, es posible comprender que el devenir histórico posterior, fuera para Schiller considerado un progresivo deterioro de aquella armonía que aún hoy, subsiste: “… la naturaleza griega, que estaba unida a todos los estímulos del arte y a toda la dignidad de la sabiduría, sin ser por ello su víctima, como la nuestra.”
Sin embargo, como el mejor de los maestros, recurriendo a la idea de posibilidad de algo nuevo y superior a partir de una crisis, tal pérdida pudo ser mirada por él, como necesaria para dar lugar a la emergencia del sujeto, algo que aún espera por suceder en la medida en que el hombre no se redima de su profundo envilecimiento…] […volver a su sencillez, su verdad y su plenitud…” (Carta VII. Pág. 52). Para ello, el hombre debe desplegar todas sus facultades humanas en una simbiosis de libertad y moral en total respeto a los intereses del bien común. Dice Schiller (misma carta y página) que
“Cuando el hombre primitivo abusa anárquicamente de su albedrío, apenas se le puede mostrar su libertad; cuando el hombre de la cultura hace poco uso de su libertad, no puede privársele de su albedrío”
En este proceso de búsqueda de una nueva armonía que supere el desgarramiento que vivía en su época la humanidad –y que aún perdura- el papel de la estética aparece como primordial, sintetizando los impulsos sensibles con los intelectuales y formales del hombre. Por demás interesante es el impulso de lo lúdico a manera de juego concebido como una manifestación de la sensibilidad que, no obstante, debe someterse a la disciplina de las reglas, reglas propias del objeto sin las cuales, se corrompería la brújula en la búsqueda de lo superior.
Para ello, el hombre entraría en una lucha interna por el doble movimiento de su naturaleza que lo determina y de su voluntad que lo libera. De manera que su naturaleza debería ser trascendida hasta el surgimiento de una naturaleza humana que le sea propia la cual, vista desde la moralidad, para Schiller incluye a lo estético como condición. Formula con convicción, una de las nociones más vigentes de lo que el hombre puede llegar a ser a partir de la imagen poética de un alma bella, y al mismo tiempo, se exime de caer en el lirismo fantasioso de lo imposible ya que siempre tiene enraizada la presencia de la acción real del hombre entre otros hombres.
¡Qué bello estás con tu ramo de palma, oh hombre, ya, cuando el siglo declina, en orgullosa y noble hombría, abiertos tus sentidos, con plenitud de espíritu, lleno de gravedad benigna, en laboriosa calma, el más maduro hijo del Tiempo, libre por la razón, por las leyes robusto, por la benevolencia grande y rico por tesoros que te ocultó tu pecho largo tiempo, señor de la Naturaleza, que tus cadenas ama, que ejercita tu fuerza en mil combates y espléndida bajo tu mano del embrutecimiento ascendió!.
En esta primera estrofa de Los Artistas, Schiller parece celebrar al hombre en toda su humanidad, a su nobleza, a su fuerza, a su espíritu, a su bondad, sin embargo, a ninguna de estas condiciones humanas les deja de adicionar la justa cualidad que lo convierte en ser tanto sensible como racional. Su benignidad no es blandamente bondadosa: es grave, tiene peso, su hombría no tiene una nobleza desapercibida: su nobleza es orgullosa, sus sentidos no son meros receptores adormecidos, son abiertos, flexibles, alertas, vivos, su espíritu no es tibio u oculto: es pleno, su calma no lo adormece, su calma es laboriosa.
Su creación lírica, recortada aquí de sus poemas escritos a sus casi 20 años, es de una hondura que parece no dejar nada al azar; el hombre schilleriano es un hombre combativo, que atesora en su interioridad antiguas riquezas para desocultar y hacer surgir lo natural aún en su propia brutalidad; es este un hombre liberado desde la razón, sensibilizado por el arte y fortalecido desde las leyes.
La actividad física: racional, estética y lúdica
El niño en su encuentro con el mundo es como la antigua Grecia para Schiller. Vive, se comunica y crece en una etapa de descubrimiento ingenuo donde el primer hallazgo es sensorial, de placer y displacer donde el razonamiento no está aún presente en ese juego de encuentros y despertares de un mundo que es fundamentalmente el mundo de los sentidos.
“Sabio es ante todo el que sabe muchas cosas por naturaleza. Los advenedizos de la cultura, ‘esos que sólo saben por haber aprendido’ no merecen más que desdén”
Esta expresión de Píndaro, actualmente y luego de la valorización consensuada de la educación formal, huele a primariamente desubicada y de prepotente soberbia; pero desde el discurso schilleriano, podríamos inferir que lo que se juzga con desdén es el desequilibrio provocado por un superficial y casi repentino alud de conocimientos o estímulos externos por sobre el natural, paciente y genuino contacto con aquella interioridad original, espontánea, libre e intuitiva sabiduría que realmente nos hace ser. Aprender o reaprender lo oculto, hoy parece ser urgente.
La educación del movimiento hoy, se aborda a partir del hacer en relación al entender: entendida la consigna -por el intelecto o por la imitación- podré realizar lo que ella ordena. La razón me permitirá acceder a la acción y el movimiento correcto es el propósito a cumplir. En la educación por el movimiento, el propósito es un hombre educado, sensibilizado; capaz de ser tal por el desarrollo de todas sus facultades, relación natural entre el sentir, el comprender y el hacer.
El movimiento correcto aquí deja de tener protagonismo para considerar al movimiento que sea producto de un encuentro con el libre gusto de moverse. El gusto previo del juego libre devendrá de ser ese cuerpo que puede moverse. Es así como, las líneas teóricas psicomotricistas enriquecieron a la educación física con el importante enfoque de la sensopercepción, sin embargo aún no ha podido ser incorporado a las clases cotidianas por al gran auge del exitismo resultivo.
Sin dudas que la valoración del propio cuerpo y el ajeno como lo único necesario para ser y estar vivos, en la medida en que desde él nos manifestamos en movimiento - vida, es un punto de partida central a considerar en cualquier análisis.
“…un hombre, aunque viva y tenga forma, no es por eso ya forzosamente una forma viva. Para ello se requiere que su forma sea vida y su vida sea forma. Mientras sólo pensemos en su forma, esta carece de vida, es simple abstracción; mientras solamente sintamos su vida, esta carece de forma, es pura impresión. Únicamente cuando vive su forma en nuestra sensación y su vida adquiere forma en nuestro entendimiento es él forma viva, y este será siempre el caso cuando lo juzguemos bello.”
No teniendo esta claridad, el educador físico corre el riesgo de minimizar cualquier pensamiento, acción o sentimiento que en el niño - ser humano se genere, reduciendo el valor a lo que él mismo genere en la creencia de su propia superioridad.
El cuerpo, como el Ser en evidencia, será cuidado y protegido, porque en él se cuida y se protege al hombre, pero ello sólo no alcanzará para Ser humano. De allí en más, los razonamientos, argumentos y tomas de decisión de los maestros en el patio escolar, serán de gran importancia en tanto los niños se entregan abiertos y confiados a su responsabilidad cognoscitiva. El resto, para Schiller, será la búsqueda de la verdad como la búsqueda de la belleza, la alegría y la libertad, las cuales si están dentro de normas morales trascenderá en cuidadoso respeto a la libertad del otro. Es por cierto, el valor de todas las dimensiones, sensación, materia e idea, lo que llevará a la verdad de la armonía, en ello el sentido de belleza y moral en el ser humano. Ser libre para crear las acciones del propio camino de vida podrá ser simplemente un tiempo de observación consciente de sus consecuencias.
Un niño que se encuentra ante el serio juego de conocer su propio cuerpo y sus más variadas posibilidades de acciones ante una inteligente y sutil sugerencia de búsqueda de un adulto, sin órdenes de obediencia sobre qué hacer y qué no, sabrá (de sabiduría) cuándo lo que está haciendo con sus movimientos es o no verdadero, es o no bello. Un niño que es conducido a ejecutar movimientos imitadores de modelos externos, aprenderá a responder de allí en más, a reaccionar limitado por el entendimiento de lo racional y de lo que no lo es, según haya sido enseñado. Pero si en la etapa infantil de su formación, les permitimos fortalecer las leyes de lo mejor para sí, es posible que ese sujeto alcance la libertad, la libertad que da el conocimiento de lo verdadero más cercano a nuestra intuición que será estimulada y robustecida para no perderla.
No hay aquí un desmerecimiento de la razón por sobre la estética, hay una valoración de lo sensorial a nivel de aquel tesoro interior que al no ser alimentado muere o al menos, dormita. Las personas que no han despertado su intuición ante el mundo, y en este caso ante el mundo de la corporeidad consciente, poseen una dependencia permanente (no irreversible) de otro que interceda por él, que les explique cuándo un profesional del movimiento le está proponiendo lo mejor a su cuerpo, a su ser en cuerpo. Pero en términos de profesionalismo, el valor de la intuición precisa ser completada con los argumentos del conocimiento. Otra vez, una sola dimensión, sólo hipertrofia una mirada a costas de perder las otras.
Esta disciplina es muy joven en cuanto a las reflexiones sobre metodologías e intenciones de su hacer, por ello mismo puede considerarse a la defensiva de lo flexible y de lo novedoso. Aún se cuida lo establecido y lo tradicional, no están claros los roles de los investigadores y de los técnicos, por lo cual los últimos generalizan la empiria de sus gimnasios y los primeros luchan por lograr la credibilidad en el estudio, pero aún así, estos, entran en duros e irreconciliables combates entre la orientación biológica y la orientación expresiva; entre los que enarbolan las banderas del fortalecimiento de los músculos superficiales y los defensores de la flexibilidad de la musculatura profunda en las llamadas gimnasias blandas cada vez más valoradas ante la mirada resistiva de los que tienden a quedarse en la familiaridad de lo conocido.
Ante tanta confusión, plantear una valorización de lo suprasensible en la infancia para alcanzar una ética corporal, parece acercarse más a una utopía que a una posibilidad real. Sin embargo, la inconsciencia de muchas de las acciones humanas, la violencia animal que obtura las puertas a la ascensión del hombre sobre su propia ignorancia, la ausencia de una responsabilidad asumida por los destinos del planeta, reclaman una vuelta a las fuentes; en ello va mi reconocimiento a este pensador, no en el intento de regresar a su época sino de ver sus ideas a la luz de la actualidad.
No hay en la actividad física educativa nada manifiesto que valorice lo destructivo, nada que premie lo mortífero, nada que conduzca a lo grotesco ni a lo brutal, sin embargo, el impulso estético, entendido como la libertad creativa en armonía de las dimensiones humanas que plantea Schiller, capaz de desarrollar la sensibilidad que descubra la belleza del encuentro consigo mismo, con el sentido de unidad y de vida interior como una ínfima réplica de la creación toda, no se encuentra presente. Y he aquí donde se hace más valioso el sentido schilleriano de la armonía: “Con ejercicios gimnásticos se forman, en verdad, cuerpos atléticos, pero la belleza sólo se desarrolla en el juego libre y uniforme de los miembros” Es que la humanidad del hombre no puede reducirse ni a un conjunto de funciones fisiológicas, ni biomecánicas, ni artísticas, ni intelectuales, el sentido de armonía, hace que regresemos a la consideración de cómo transitar el camino hacia ella, cómo desenvolver el impulso lúdico que sin dudas, necesita ser incorporado a este juego vital en el que la voluntad se acerque por la vía sensible al objeto de su conocimiento para una vez asido se pueda hablar racionalmente de ello. La reconciliación de la razón y la sensibilidad, como una doble naturaleza humana, en la cual, como expresa Schiller, es necesario suprimir y conservar simultáneamente a ambas, requiere del juego de hallar y sostener ese equilibrio a fin de abrir las puertas a las mejores ideas y a las más saludables acciones alejando divisiones ezquizoides que sólo logran desarticular al ser humano en lo mejor de sí mismo y de aquellas facultades que serán más, en el sentido de lo superior, si atraviesan juntas sus propias sombras.
El juego en la educación física es un componente central, y si el mismo fuese asumido con la función sublime que le da Schiller, es muy probable que el hombre pueda trascender espacios que todavía están muy restringidos a objetivos cerrados y aún duales. De allí a llevarlos por contraste o afinidad, a otros campos de la actividad humana como el trabajo, la fiesta, el arte, el lenguaje, la literatura, la educación en general, etc. sería un ejercicio de creativa transferencia.
“Si los pueblos griegos se regocijaban con los juegos de Olimpia, con las competiciones incruentas de la fuerza, de la rapidez, de la habilidad y con la disputa, más noble aún, de los talentos]…[comprenderemos, por esta única característica porqué tenemos que buscar las figuras ideales de una Venus, una Juno o un Apolo en Grecia y no en Roma]…[ el hombre no debe hacer con la belleza sino jugar…”
Por otro lado, la actividad creativa es, en este juego que propone Schiller, una salida obligada, porque Schiller no se presenta con caminos definidos a transitar, no hay recetarios ni siquiera sugerencias, hay planteos filosóficos y después… sólo cabe esperar que un corazón sea tocado. Es entonces, lo extra-habitual desconocido tal vez, lo que aparece como parte de ese juego. Porque el fenómeno de lo lúdico, deberá atenerse a los caminos de lo dual y de allí de las elecciones, de sentirse libres para elegir dentro de la ética, de sensibilizarse en el espacio y en el tiempo más adecuado para accionar, de la aceptación del azar, del gusto por la no intencionalidad y sí del disfrute de jugar. Demasiadas libertades para quien aún no ha sabido encontrase en la piel de La libertad.
Algunos pensamientos que abonan lo expresado.
Si Schiller se separa de la posición kantiana sobre lo inútil de buscar el principio objetivo del gusto y se diferencia de las relaciones establecidas por aquel entre belleza y finalidad, el estudiarlo a Kant y el coincidir sí con la idea de belleza sin concepto, favoreció aún más la profundidad con la que Schiller continuó ahondando en el tema.
Un pensamiento realmente impactante, que aparece ya en el Kallias o sobre la belleza, también de Schiller, es el proponer abstraerse tanto del valor teórico como del valor práctico al encontrarse ante un objeto. Esto es a los efectos de no provocar escisiones en sus consideraciones y por lo tanto, el objeto será abordado con la mayor ingenuidad posible, es decir sin pervertirlos con la mediación de concepto alguno y así esperar hallar las propias reglas que emanen del objeto mismo, de su propia esencia o naturaleza.
Esto es muy interesante, y es aún hasta familiar en lo que al descubrimiento del propio cuerpo. Cuando los niños muy pequeños descubren las partes del cuerpo que son capaces de alcanzar con su boca o con sus manos, no hay mediación de concepto alguno y sí, hay un contacto casi puramente sensible por medio del cual sólo parece contactarse en el orden del placer. El ser humano en cualquier etapa y en estado de normalidad, no intenta provocar su propio sufrimiento en estos actos. Lo que sucede luego, es probablemente lo que Schiller reconoce en el devenir histórico posterior a la Grecia del humanismo, como el poder del entendimiento por sobre el de la sensibilidad por haber quebrado la armonía; esto, en los niños de nuestra disciplina, se ven en aquellos cuyos padres, y luego los maestros, los han colmado de razones, reprimiendo, desviando o suprimiendo los estados de natural encuentro con el placer de tocar el Sí mismo.
Si este encuentro es producto de abrirse a la cualidad estética objetiva pertinente al objeto mismo como diría Schiller o si ello es imposible como diría Kant, es un estudio ajeno a la cuestión de su existencia, de su verdad, de su belleza y de esa sensación de libertad y plenitud que tal experiencia puede proveer.
“…el hombre, gracias a la sensación, tiene la experiencia de una existencia determinada y, a través de la conciencia, la experiencia de su existencia absoluta, se despierta, junto con los objetos de ambas, sus dos impulsos fundamentales. El impulso sensible se anima con la experiencia de la vida…; el impulso racional despierta con la experiencia de la ley…; y es entonces, cuando ambos llegan a la existencia, cuando se ha constituido su humanidad…”
El fracaso de toda revolución política dice Schiller en sus Cartas (aludiendo aquí a los desvíos de los nobles principios de la Revolución francesa), se debe a la escisión de la naturaleza humana. Toda mirada que registre a la realidad desde los opuestos, lleva inevitablemente a una reducción del hombre hasta dejarlo en un desequilibrio que lo esclaviza en las rejas creadas por su propia limitación. En nuestra caso, anteponer lo sensoperceptivo a lo biomecánico, lo fisiológico a lo socializador, las gimnasias tradicionales a las gimnasias blandas, las investigaciones cuantitativas a las cualitativas, etc. es un claro ejemplo de ello.
Lejos de considerar que todo sea lo mismo o que posea el mismo valor, verlos desde el enfrentamiento, sólo obstaculiza el camino verdaderamente libre que permita al ser humano vivir en comunidad en forma natural, sin poner en riesgo su propia esencia ni la del otro. El enfrentamiento genera sólo separación y en ella, las fortalezas se atrincheran, se defienden en la familiaridad de lo conocido y se atacan las otras posiciones no permitiendo la integración que enriquecería al todo en lugar de hipertrofiar la dimensión considerada superior.
A mi criterio, lo más liberador de Schiller, es justamente esa suerte de permisividad, de aceptación y de apertura a jugar con lo otro, lo diferente, lo aparentemente ajeno u opuesto, la disposición de sumar en lugar de restar, de ampliar y no reducir, de crecer, de ascender en la libertad que sólo da lo vital, el juego de la inclusión, de la conciencia de ser un cuerpoalma en actividad, en la alegría de estar vivo, comprendiéndose aquí el sentido profundo de su apasionada y vibrante Oda a la Alegría.
Es sin dudas la alegría, el sentimiento de plenitud que exalta la verdad, la belleza y la conciencia de estar vivos en la libertad de la completitud. Llegar a ella pareciera según Schiller, cuestión de aprender sólo un juego, el juego que impulse siempre a la armonía y la pureza del ser superior.
Nora Petrone

jueves, 24 de enero de 2008

Todo sobre calambres

Siempre estamos expuestos
¿Qué son los calambres?
Los calambres son contracciones musculares involuntarias y dolorosas que aparecen repentinamente y que duran unos minutos, y se presentan en cualquier persona y a cualquier edad, aunque con mayor frecuencia en deportistas, mujeres embarazadas y adultos mayores.
¿Son lo mismo que las contracturas?
No, no son lo mismo. Si bien ambas son contracciones musculares sostenidas, en el caso de los calambres se produce una descarga nerviosa de alta frecuencia y durante un tiempo corto tiempo, mientas que en las contracturas no hay actividad nerviosa y su duración suele ser de entre 5 y 10 días.
¿Por qué se producen?
Es posible que aparezcan asociados a la ingesta de alcohol, café, tabaco y drogas diuréticas. También, pueden producirse por exposición al frío o al calor, lesiones y cambio del calzado diario a zapatillas planas o deportivas, ya que se es cuando aumenta la tensión de la pantorrilla. Las zonas más comunes son el muslo, la pantorrilla y el pie.
¿Cuál es la causa más fecuente en los deportistas?
Los deportistas que transpiran mucho corren riesgo de deshidratarse y, por lo tanto, de sufrir calambres. Lo mismo corre para los que realizan ejercicios con mala técnica o posturas, con entradas en calor insuficiente y quienes tienen fatiga o agotamiento muscular.
¿Se pueden evitar?
Se pueden tomar medidas preventivas para reducir el riesgo de aparición, como realizar una entrada en calor adecuada a la temperatura ambiental, ejecutar movimientos deportivos con asesoramiento profesional, hidratarse antes, durante y luego de la práctica deportiva y controlar que el aporte de nutrientes relacionados con la aparición de los calambres (azúcares, complejo de vitamina B, calcio, magnesio, sodio, potasio, cloro y demás) sea suficiente y adecuada a cada sujeto en particular.
En caso de estar a punto de sufrir un calambre, ¿qué se puede hacer para evitarlos?
Hay que relajar el músculo afectado usando hielo, ejercicios de elongación y masajes. Al mismo tiempo, beber líquidos ricos en minerales y alimentos que permitan reponer el combustible de los músculos. En muchos casos, los deportistas no se alimentan de acuerdo con las exigencias psicofíscias de su actividad, por lo que es necesario una suplementación multivitamínica y multimineral supervisada para alcanzar el equilibrio de nutrientes energéticos (que son los que previenen el agotamiento muscular) y no energéticos, indispensables para la contracción, relajación y recuperación del músculo.
Claudia Maroncelli.
La autora es especialista universitaria en Clínica Médica y Medicina del Deporte, y asesora médica del Comité Olímpico Argentino.
FUENTE: La Nación, 28 de julio de 2006. Edición impresa. Suplemento deportivo.

martes, 22 de enero de 2008

Várices, un trastorno que cada vez preocupa más a los varones.

Las padece el 25% de la población adulta

Los que acuden al especialista suelen hacerlo “arrastrados” por sus esposas.
Las várices están dejando de ser un motivo de preocupación exclusivamente femenino. Si bien las estadísticas siguen siendo desfavorables para ellas –pues por cada varón con várices hay siete mujeres en idéntica situación-, los hombres hoy están empezando a animarse a pisar el consultorio del médico flebólogo, aunque la mayoría de las veces lo hagan de la mano de su esposa.
“Ha crecido la consulta del hombre, que actualmente quiere verse mejor estéticamente -comentó a LA NACION el doctor Roberto Simkin, experto en cirugía vascular, durante un intermedio del XII Congreso Internacional de Flebología y Linfología que se realizó recientemente en Buenos Aires-. Es común que los que consulten sean personas que ya han recurrido a otros tratamientos estéticos, como la cirugía plástica o la toxina botulínica”.
“Hoy en día, hay una presencia importante de varones en la consulta por várices”, coincide el doctor Alberto Deluchi Levene, presidente de la Sociedad Argentina de Flebología, que también presidió el citado encuentro científico. “Se trata, en general, de hombres jóvenes que hacen deportes y a los que no les gusta andar ostentando las várices”, precisó el especialista. Pero así como detrás de todo gran hombre hay una gran mujer, detrás de cada hombre que acude al flebólogo también suele haber una mujer que lo lleva a los empujones al consultorio. “El hombre tiene miedo de operarse, miedo de que le duela –explicó Simkin, actual secretario del Forum Venoso Latinoamericano-; generalmente lo trae arrastrando al consultorio su mujer, que está más al tanto que él de los tratamientos modernos y menos invasivos.
”Por suerte, los tratamientos mínimamente invasivos ganan más terreno día tras día dentro de la práctica flebológica. “Hay una tendencia al uso de los métodos láser”, confirmó el doctor Kasuo Miyake, flebólogo del Hospital de Clínicas de San Pablo, Brasil, que presentó durante el citado congreso su experiencia con el láser endoluminal.
Esta tecnología se utiliza para el tratamiento de las várices más profundas, y entre sus ventajas se cuenta el permitir una más rápida recuperación del paciente, en comparación con la cirugía.

Antiestético y disfuncional
“Las várices son un trastorno de las venas extremadamente frecuente: el 25% de la población va a tener várices”, apuntó el doctor Deluchi Levene.
Por ser tan comunes, agregó el especialista, a las várices se las acusa de causar una infinidad de molestias y trastornos, que muchas veces responden a otras causas. “Las várices molestan menos de lo que la gente cree –aseguró-. Las personas jóvenes suelen culparlas de causar pesadez, dolor, contracturas, calambres nocturnos, que en realidad responden a otras causas y que recién aparecen cuando la enfermedad ha progresado con el paso de los años.
”En la juventud, explicó, “son más un problema estético que funcional. Pero como constituyen un trastorno que no se revierte solo, de no ser resuelto tempranamente puede dar lugar a complicaciones serias durante la vejez”.
El tratamiento tradicional es la cirugía, durante la cual se extraen las venas varicosas. El procedimiento centenario –el flexoextractor fue creado en 1905 por el doctor Mayo en los Estados Unidos- es altamente efectivo. Más reciente es la escleroterapia, que consiste en la inyección de sustancias que ocluyen la vena enferma. Sin embargo, las terapias más modernas son las que emplean láser, que a su vez se dividen en dos: el láser transdérmico, que se emplea para las várices más pequeñas, y el endoluminal, para las de mayor importancia.

Cuándo recurrir al láser
El láser endoluminal, que arribó a la Argentina hace sólo tres años, consiste en introducir dentro de la vena afectada una fibra láser que fotocoagula sus paredes y la ocluye. “La recuperación del paciente es mucho más rápída que en la cirugía –comentó el doctor Simkin-; además, es menos dolorosa y reduce los riesgos de complicaciones postratamiento.
”Aunque es una técnica “muy buena –agregó- todavía no tiene diez años”. “Faltan resultados a largo plazo”, coincidió Deluchi Levene.
“Aunque cada vez se tiende a usar más el láser, creo que hoy es importante hacer una buena selección de los pacientes –opinó el doctor Miyake-. El resultado estético del láser no es todavía tan bueno como el de la cirugía, por lo que sugiero combinar ambas técnicas.
”Para Miyake, el láser como monoterapia es la opción más adecuada para pacientes en los que otros problemas de salud sugieren no recurrir a la cirugía, o en los que las várices han devenido úlceras. “Aquí, los problemas estéticos han pasado a un lugar secundario y lo que hay que resolver es el problema funcional, y en eso el láser es muy bueno”, aseguró el especialista.Su colega norteamericano, el doctor Lowell Kabnick, director del Vein Institute de Nueva Jersey, Estados Unidos, coincide en que el láser endoluminal es altamente eficaz para ponerles un punto final a las venas varicosas. “Es entre un 5 y un 6% más efectivo en lograr la oclusión de la várice”, dijo este flebólogo que se ha volcado por completo al uso del láser.
Además, agregó el doctor Kabnick, que lleva más de 1000 pacientes tratados en cuatro años, “quienes se someten a una cirugía no quieren repetirla, mientras que le láser es mucho más fácil de tolerar”.
Por Sebastián A. Ríos
De la Redacción de LA NACION

viernes, 18 de enero de 2008

Cómo nace una paradigma

Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo.
Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo agarraban a palos.
Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos.
La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.
Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho.
El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fueron sustituidos.
Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.
Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería:
"No sé, las cosas siempre se han hecho así, aquí..."
¿Te suena conocido? No pierdas la oportunidad de pasar esta historia a tus Amigos, para que, de una o de otra manera, se pregunten por qué están golpeando... y... por qué estamos haciendo las cosas de una manera, si quizás las podemos hacer de otra.

"Es más fácil desintegrar un átomo que un preconcepto"
Albert Einstein.
Citado en el libro "Matemática... ¿estás ahi?" de Adrián Paenza

martes, 15 de enero de 2008

¿Ejercicios para la buena postura o postura ante los ejercicios?

El dilema que provoca el titulo nos sirve para tomar conciencia de que antes de pensar en una gimnasia para la buena postura, hay que aceptar que los conceptos sobre postura humana ideal están teñidos de posiciones mecanicistas y de criterios militares de lo que es “pararse bien”.

¿Qué es la buena postura?

Para cada persona, la mejor postura es aquella en la que los segmentos del cuerpo están equilibrados en la posición de menor esfuerzo y máximo sostén. Esta es una cuestión individual. De manera que no existe una sola postura IDEAL para todos los individuos.
CADA PERSONA DEBE TOMAR EL CUERPO QUE TIENE Y SACAR EL MEJOR PARTIDO DE EL.
Siempre resulta útil recordar que las maravillosas adaptaciones que realizó el ser humano en los millones de años de evolución, no siempre resultaron totalmente satisfactorias. Así, por ejemplo, las extremidades inferiores se modificaron totalmente pero la pelvis, a la cual está unida la columna vertebral, ha conservado las características del cuadrúpedo. La misma espina dorsal –con sus tres curvaturas- demuestra escasa adaptación y le plantea al hombre reiterados sufrimientos ante el menor descuido.
Inclusive, el sistema de “sostén” de los órganos internos están mejor preparados para la marcha en cuadrupedia que para la bipedestación, lo que ocasiona no pocas perturbaciones digestivas, nerviosas y estéticas. Es que con los años y la falta de ejercicio razonable, los mencionados órganos tienden a depositarse en la verdadera copa receptora en que se transforma la pelvis en la postura erecta, lo que aumenta la presión y la compresión que sufren.
En otras palabras: cuando una especie abandona una posición que la ha caracterizado por 120 millones de años, es inevitable que modifique su sistema muscular, circulatorio, respiratorio y todos sus esquemas coordinativos.

¿Cuál fue la posición tradicional de la gimnasia correctiva?
Los ejercicios que planteaba la gimnasia para mejorar la postura estaban pensados para tonificar sectorialmente masas musculares débiles. Ella, la gimnasia, pensaba al hombre por “pedacitos”. Suponía que aflojando por acá y fortaleciendo por allá, la buena postura vendría como consecuencia. Por eso la acusación de mecanicista, pero hay que tener presente que ese mecanicismo coincidía con las teorías de la época.
Hoy, toda buena gimnasia debería seguir manteniendo una preocupación por la actitud corporal. Entendiendo tal preocupación como preventiva, no hay que actuar cuando la perturbación está instalada sino antes. Todo profesor de gimnasia, de educación física o personal trainer debería comprender que la alteración postural es LA EXPRESIÓN DE UNA ADAPTACIÓN INADECUADA Y HAY QUE ENCARAR UNA ACCIÓN DE RECONSTRUCCIÓN DE ESQUEMAS POSTURALES INCORRECTOS.
¿Cuáles son las características de una buena postura?
La mayor parte de los ortopedistas menciona las siguientes:
  • Mínimo peso a soportar por los distintos segmentos corporales.
  • Óptimo funcionamiento de los órganos internos.
  • Mínimo gasto energético para mantener la postura.
  • Poder mantener una postura tanto tiempo como haga falta, a lo largo de las actividades cotidianas y vocacionales, sin fatiga indebida.
  • Poder asumir una postura y cambiarla con facilidad.
  • Si todos los puntos anteriores están logrados, el factor estético también debe ser considerado, dadas las evidentes connotaciones y resonancias sociales del propio cuerpo. No hay duda que un ajuste razonable a pautas estéticas de la época merecen consideración.

¿Qué ejercicios deberían incluirse en un buen programa de ajuste postural?


Deberían incluirse los siguientes ejercicios:

  • Ejercicios de concientización postural y armonización del esquema corporal.
  • Ejercicios de relajación local y general.
  • Ejercicios de flexibilidad corporal.
  • Ejercicios de equilibración muscular, dirigidos a fortalecer aquellos grupos musculares poco ejercitados por las actividades de la vida cotidiana.
  • Ejercicios para el fortalecimiento y relajación de la capa profunda de los músculos de la columna vertebral.
  • Ejercicios dirigidos a los músculos motores de la articulación escápulo-humeral.
  • Ejercicios abdominales.

Para finalizar: No tiene sentido que le recomienden o recomendar ¡parate derecho!. La buena postura no consiste en tirar los hombros para atrás. Consiste en evitar y corregir actitudes de negligencia neuro-muscular que conducen a las alteraciones posturales. Y recuerde:


¡Mejor postura, mejor salud!

Mariano Giraldes

jueves, 10 de enero de 2008

Un filósofo español dijo ...

Los argentinos están entre vosotros, pero no son como vosotros.
No intentéis conocerlos, porque su alma vive en el mundo impenetrable de la dualidad.
Los argentinos beben en una misma copa la alegría y la amargura.
Hacen música de su llanto -el tango- y se ríen de la música de otro; toman en serio los chistes y de todo lo serio hacen bromas.
Ellos mismos no se conocen.
Creen en la interpretación de los sueños, en Freud y el horóscopo chino, visitan al médico y también al curandero todo al mismo tiempo.
Tratan a Dios como "el flaco" y se mofan de los ritos religiosos, aunque los presidentes no se pierden un tedéum en la catedral.
No renuncian a sus ilusiones ni aprenden de sus desilusiones.
No discutáis con ellos jamás!!!!
Los argentinos nacen con sabiduría inmanente!!!!
Saben y opinan de todo! En una mesa de café y en programas de periodistas / políticos arreglan todo.
Cuando los argentinos viajan, todo lo comparan con Buenos Aires.
Hermanos, ellos son "el pueblo elegido"... por ellos mismos.
Individualmente, se caracterizan por su simpatia y su inteligencia, en grupo son insoportables por su griterío y apasionamiento.
Cada uno es un genio, y los genios no se llevan bien entre ellos; por eso es fácil reunir argentinos, unirlos imposible.
Un argentino es capaz de lograr todo en el mundo, menos el aplauso de otros argentinos. No le habléis de lógica. La lógica implica razonamiento y mesura. Los argentinos son hiperbólicos y desmesurados, van de un extremo a otro con sus opiniones y sus acciones.
Cuando discuten no dicen: No estoy de acuerdo, sino: Usted está absolutamente equivocado!.
Aman tanto la contradicción que llaman "bárbara" a una mujer linda, a un erudito lo bautizan "bestia", a un mero futbolista "genio" y cuando manifiestan extrema amistad te califican de boludo y si el afecto y confianza es mucho más grande, eres un Hijo de puta...
Cuando alguien les pide un favor no dicen simplemente "si", sino "como no".
Son el único pueblo del mundo que comienza sus frases con la palabras NO.
Cuando alguien les agradece, dicen: "NO, de nada" o "NO" con una sonrisa.
Los argentinos tienen dos problemas para cada solución. Pero intuyen las soluciones a todo problema.
Cualquier argentino dirá que sabe como se debe pagar la deuda externa, enderzar a los militares, aconsejar al resto de América latina, disminuir el hambre de Africa y enseñar economía en USA.
Los argentinos tienen metáforas para referirse a lo común con palabras extrañas.
Por ejemplo, a un aumento de sueldos le llaman "rebalanceo de ingresos", a un incremento de impuestos "modificación de la base imponible" y a una simple devaluación "una variación brusca del tipo de cambio".
Un plan económico es siempre "un plan de ajuste" y a una operación financiera de especulación la denominan "bicicleta".
Viven, como dijo Ortega y Gasset, una permanente disociación entre la imagen que tienen de sí mismos y la realidad.
Tienen un tremendo súper ego, pero no se lo mencionen porque se desestabilizan y entran en crisis.
Tienen un espantoso temor al ridículo, pero se describen a si mismos como liberados.
Son prejuiciosos, pero creen ser amplios, generosos y tolerantes.
Son racistas al punto de hablar de "negros de mierda" o "cabecitas negras".
En síntesis.
LOS ARGENTINOS SON ITALIANOS QUE HABLAN EN ESPAÑOL.
PRETENDEN SUELDOS NORTEAMERICANOS Y VIVIR COMO INGLESES.
DICEN DISCURSOS FRANCESES Y VOTAN COMO SENEGALESES.
PIENSAN COMO ZURDOS Y VIVEN COMO BURGUSES.
ALABAN EL EMPRENDIMIENTO CANADIENSE Y TIENEN UNA ORGANIZACIÓN BOLIVIANA.
ADMIRAN EL ORDEN SUIZO Y PRACTICAN UN DESORDEN IRAQUI.
Son un misterio!!

martes, 8 de enero de 2008

El ejercicio retrasaría el Alzheimer y la demencia

La falta de equilibrio y los problemas para mantener un andar sin tropezones pueden ser los primeros indicios de la aparicìón de la demencia y del mal de Alzheimer, un desorden neurodegenerativo progresivo que comienza por afectar la memoria.
Un grupo de investigadores de los Estados Unidos demostró que las personas que no cuentan con un buen estado físico para su edad pueden tener más riesgo de desarrollar demencia y Alzheimer. El estudio publicado en Archives of Internal Medicine también afirma que hacer actividad física retrasaría la aparición de ambas enfermedades.
Estos resultados respaldarían la noción de que los primeros síntomas del mal de Alzheimer serían principalmente físicos y no únicamente mentales.
El equipo dirigido por la doctora Li Wang, de la Universidad de Washington en Seattle, Estados Unidos, examinó a 2288 pacientes mayores de 65 años sin signos evidentes de demencia al comienzo de la investigación. Los investigadores realizaron un seguimiento de los participantes durante seis años, con evaluaciones cada dos para conocer el estado físico y mental.
A los seis años, 319 pacientes habían desarrollado demencia, de los que 221 tenían síntomas de mal de Alzheirme. Los participantes con mejor estado físico al comienzo del estudio tenían tres veces menos probabilidades de desarrollar demencia que aquellos que tenían una actividad física muy reducida.
"Todos esperábamos que los primero indicios de demencia fueran cambios cognitivos sutiles -dijo Eric Larson, director del Centro par Estudios de Salud de la universidad-. Nos sorprendió encontrar que los cambios físicos pueden ser anteriores a la disminución del funcionamiento mental".
Los resultados del estudio "sugieren que en el envejecimiento hay un vínculo estrecho entre la mente y el cuerpo -agregó-. Si se empieza a notar una disminución del estado físico, reanudar el ejercicio ayudaría a frenarla. Y esto reduciría el riesgo de sufrir un deterioro cognitivo temprano".

viernes, 4 de enero de 2008

El escenario de crisis de la Educación Física

Me permito agregar algunas ideas respecto al escenario de crisis en la Educación Física y su revalorización. Lo hago desde las Ciencias de la Educación, la formación de profesores en Educación Física hace más de veinticinco años y las investigaciones que estamos desarrollando.
No se si aportaré algo demasiado nuevo y menos, respuestas, pero lo que he aprendido a lo largo de mis años de docencia y de vida es la fecundidad del planteo de preguntas, más que de respuestas aparentemente certeras.
Esta posibilidad de interrogarnos desde la que partimos nos advierte primero que las crisis son comunes a las diversas organizaciones sociales, y a la sociedad toda. En este sentido, el impacto parece ser muy grande en las organizaciones educativas, dado su carácter “conservador” en tanto su función de transmisión de la cultura, también de la cultura corporal. Aquí cabría preguntarse:
¿Qué cultura corporal?
¿Cuál es la representación del cuerpo que nuestra sociedad considera necesario transmitir? ¿Cuáles son los intereses hegemónicos al respecto y cómo debieran ser las respuestas contra hegemónicas?
¿Cuál/es es la representación del cuerpo que traen los estudiantes al ingresar a los institutos de formación?
¿Cuál/es la de los profesores? Me parece muy interesante como aporte para virar el giro de la crisis esto que en varios artículos se señala respecto a significar y sobre todo a “resignificar” a la EF como una práctica social de intervención y abrir el debate y las acciones a la multirreferencialidad, a prácticas inclusivas de diversos saberes y destinatarios, conservando el sentido ético.
Apuesto a que la revalorización de la EF en tanto campo de conocimiento y de acción parta del rescate de lo cotidiano, en tanto el movimiento, la expresión, el esfuerzo, la interacción, la corporeidad, son categorías esencialmente “humanas”. La racionalidad técnica que ha primado a partir de la modernidad ha privilegiado las respuestas dadas desde la técnica, la eficiencia, el pragmatismo, y que la cultura corporal a transmitir esté al servicio de ello en pos de una sociedad cada vez mas fragmentada y excluyente a pesar de los discursos de la globalización, que ya nadie se los cree.
Como educadora, soy, debo ser, optimista, aunque no ingenua y esto implica para mí resignificar saberes y prácticas desde una perspectiva histórica, social, política, ideológica. Aquí entraría también el que nosotros, como educadores, nos preguntemos y resignifiquemos prácticas y sentidos, abordando para ello muchos de los significantes y significados que a diario nos contextualizan.
Por ejemplo, es corriente e instituido, el hablar de “alumnos”. Si nos detuviésemos a pensar en su significado etimológico y genealógico, advertiríamos que alude a “los sin luces”, en relación con el contexto del “iluminismo” y la ilustración del S.XVII y XVIII. Mucho tiempo ¿no? ¿Será casual que lo sigamos usando y más aún, que no haya demasiado referencia en la bibliografía especializada?.
Toda nuestra tarea docente está llena de metáforas (la escuela “templo del saber”, “segundo hogar”, “empresa”; la/el docente como “la segunda mamá”, “el pastor del rebaño”, “el apóstol laico”….). Estas metáforas y categorías a explorar, de uso frecuente, nos involucran:
¿como sujetos con posibilidad de deliberación y creación?
¿como ejecutores de prácticas y rituales instituidos?
Probablemente la vigencia de muchas de estas significaciones y prácticas esté relacionada con esta búsqueda de “modelos” perfectos, ideales, y por tanto asépticos, neutrales, no contaminados con los sudores y sentires humanos. Dan cuenta, de una línea que busca legitimación desde afuera del propio campo, en las ciencias duras, o en la psicología experimental, fundamentalmente del conductismo como salvaguarda de la posibilidad de control y eficiencia. Entre estas categorías a debatir y resignificar cabría senalar:
la búsqueda de “competencias” asociadas con una visión pragmatista de la apropiación de los “saberes” y “prácticas”, referirnos a las clases de EF como “estímulos semanales”, naturalizando que cuando hablamos de “estímulos” estamos refiriéndonos a la fórmula E----R acuñada desde el conductismo con lo que ello implica en cuanto a la linealidad, unidireccionalidad, mecanicismo y control en las situaciones didácticas, hablar de “clases” obviando su contenido implícito, que desde la modernidad encierran las organizaciones educativas que buscan delimitar, espacios, tiempos y rangos.
Considerar que la formación docente “inicial” empieza recién en los institutos de formación terciaria, desconociendo la historia escolar y de vida previa de cada estudiante, y de cada maestro…
Hablar de “incentivos” a la investigación, como si fueran zanahorias que cual avezado conejo perseguimos en pos de la recompensa…
Como se ve, hay de todo, para todos, la tarea es ardua…
Finalmente, para seguir pensando, transcribo el siguiente párrafo al que adhiero, con optimismo, y sin ingenuidad:
“El trabajo de la educación, que es el trabajo de las culturas, el trabajo de transmisión, el trabajo de descubrimiento, el trabajo psíquico de elaboración de conflictos socio-cognitivos y rupturas epistemológicas, requiere una pedagogía que no se resigne, que no ignore sus pasados y ofrezca futuros. Un futuro donde el hombre no sea descartable, donde la técnica y la tecnología estén al servicio del bienestar colectivo y no sean usadas para producir exclusión, las producciones culturales sean un bien de uso común y no un privilegio reservado a algunos, la ética, un componente de la acción”.
Graciela Frigerio
Prof. Analía Di Capua